ESCUCHARMultifacética y cosmopolita, la península que se desprende al sur de los Estados Unidos se ha forjado como un polo turístico sublime para quienes buscan alternar playas, diversión, alta gastronomía y compras.
Por Carolina Brenner – [email protected]
Seis de la tarde en South Beach y el sol aún no calmó su intensidad. A la distancia, un crucero mastodóntico se despide de la costa hasta perderse en un manto turquesa e infinito. Con el mismo ritmo pausado, los bañistas satisfechos con su cuota de febo y mar, emanan de las playas en busca de un refugio de sombra. El éxodo de caras bronceadas y cuerpos moldeados brota de las esquinas y se confunde con algunos transeúntes ya vestidos para la noche. Los descapotables acompañan la procesión con el rugido de sus motores, ostentando la calidad de sus parlantes y compitiendo con limusinas que pavonean elegantes su porte interminable.
Todos los caminos conducen a la Ocean Drive, embriagados por el espíritu festivo que destila la arteria más concurrida del sur de La Florida. El atardecer es devorado por las luces de neón que encienden bares, hoteles y restaurantes encadenados a lo largo de la avenida principal de Miami. La algarabía se palpita en el corazón del distrito histórico Art Decó, emblema de la colección de arquitectura icónica más representativa de los años veinte.
La marea humana, signada por un crisol de razas, nacionalidades y acentos, colma el paseo peatonal y se apoltrona en las terrazas de las casonas restauradas y entonadas en colores pasteles,ya sea para degustar platos a base de frutos de mar o iniciar la velada con tragos exóticos.
Con aire distendido, los comensales aprecian el ir y venir de personajes y el acompañamiento lento y soberbio del parque automotor. Paso a paso suena la bachata, el rock y la salsa en un enjambre de sonidos omnipresentes.
El bullicio disminuye gradualmente a medida que la Ocean Drive asciende hacia el norte, desde donde se desprende la Española Way, otro centro neurálgico de la jarana tropical. La cuadra, que no supera los cien metros de largo, conquista a los transeúntes con sus facciones delineadas por encantadoras boutiques y cafés, enmarcados sobre un telón de fondo de estilo español mediterráneo. Muy cerca de allí, Lincold Road completa el circuito nocturno con un centro comercial peatonal al aire libre ideal para combinar compras, galerías de arte, recreación y alta cocina.
Restaurantes que ofrecen un trato especial para mascotas y otros situados en la cima de un edificio regalando una vista majestuosa de toda la ciudad, son algunos de los ingredientes que condimentan un menú interminable de propuestas gastronómicas y recreativas.
Inspirador
Miami conquista por medio de sus playas, sus aguas cálidas y transparentes y su vibrante actividad nocturna. Pero también goza de un interesante acervo artístico y cultural nutrido por museos y galerías, así como también un sinfín de atracciones para disfrutar en familia.
El paisaje excelso que regala el contraste entre el océano Atlántico y las extensiones de arena blanca, estimula la inspiración de artistas de la región, lo que se traduce en un importante semillero de talentos locales e internacionales que exhiben sus creaciones en un circuito de exposiciones muy recomendable.
En este marco, vale la pena visitar los museos tradicionales como el Bass Museum of Art y su colección permanente que abarca obras de más de quinientos años y de los cuatro continentes; el Jewish Museum que alberga en dos sinagogas históricas, más de seiscientas fotos y objetos que describen la experiencia comunitaria en la Florida desde 1763; el Haitian Heritage Museum y el World Erotic Art Museum, entre otros.
Como complemento de las visitas culturales, y a modo de extractar una panorámica general de la ciudad, las excursiones en bus o en barco a lo largo de la bahía de Biscayne regalan instantáneas de un recorrido que contempla el paso frente a mansiones fastuosas, sitios históricos y el parque náutico, entre otros, acompañados por curiosas historias de la urbe en torno a la vida de grandes personalidades, gangsters y figuras de la farándula mundial.
Entre otras atracciones y para disfrutar en familia, la región contempla diversos parques temáticos como Jungle Island cuyos senderos serpentean aviarios con pájaros tropicales de colores; Zoo Miami que dispone de más de dos mil animales de quinientas especies; Monkey Jungle, un habitat para casi cuatrocientas variedades de primates que recorren libremente una reserva de poco más de doce hectáreas; y el Miami Seaquarium que cobija especies sorprendentes como cocodrilos del Nilo, tortugas marinas, manatíes, mantarrayas y peces de todos los tamaños y tonalidades.
En las afueras de Miami, se encuentran dos de los parques nacionales más grandes del país. El Everglades National Park, ideal para recorrerlo a bordo de los famosos botes a hélice; y el Biscayne National Park , un enclave paradisíaco para la práctica del snorkel y el buceo.
Culto al sol
Desde South Beach hacia el norte, la avenida Collins se erige como una columna vertebral sobre la que se sostiene una extensión de playas amplias de arena blanca y fina custodiada por grandes cadenas hoteleras.
Sunny Isles Beach es el punto siguiente, que emerge como un reducto diferente y más tranquilo que contrasta con el dinamismo de Miami Beach.
El lugar es propicio para iniciar cualquier actividad o deporte acuático como natación, surf, snorkel, jet ski y kayac, así como disfrutar de una larga caminata, relajarse frente al océano, pescar sobre el Newport Fishing Pier o adentrarse en la aventura profunda desde un bote.
Meca de las grandes cadenas cinco estrellas, el destino ofrece afamados resorts con encantos varios y servicios de primera línea. El área, también conocida como Greater Miami, está colmada de galerías, museos, mansiones y casonas históricas, tales como la gran ópera, los clubes de comedia con shows de arte de vanguardia, el Vizcaya Museum & Gardens, el Bass Museum y el Walfsonian Fundation. Muy cerca de allí, se erige la Iglesia St. Bernard de Clairvaux, un monasterio edificado en España durante el Siglo XII que fue reconstruido piedra por piedra en su locación actual.
Espíritu relajado
Continuando hacia el norte, se suceden dos sitios distinguidos por su espíritu relajado y su ritmo más pausado: Hollywood y Fort Lauderdale.
El primero de ellos, ubicado a sólo diez minutos de Port Everglades, el segundo puerto de cruceros más grandes de Estados Unidos, se caracteriza por un ambiente franco canadiense que le otorga un toque de distinción. El balneario se prolonga a lo largo del Hollywood Beach Broadwalk, una calle peatonal salpicada por bares y locales que gozan de la vista privilegiada coloreada por palmeras de verde intenso, mar celeste y arena blanca.
Por su parte, Fort Lauderdale, también conocida como la Venecia de América, gracias a su belleza y al intrincado sistema de canales que la atraviesa, es elegida por un público más selecto y refinado.
El lugar ostenta una gran gama de hoteles y resorts, además de innumerables opciones gastronómicas, la mayoría de las cuales abundan a lo largo de Las Olas Boulevard.
Esta conjunción de destinos donde abunda el jaleo, la diversión, el relax y el lujo hacen del sur de la Florida un reducto tentador para el turismo mundial.
Cómo llegar
– Desde Córdoba:
Lan vuela con escala en Lima o Santiago de Chile.
Copa Airlines con escala en Panamá.
Aerolíneas Argentinas con escala Ezeiza.
Precios
– Pasajes aéreos Córdoba- Miami desde US$1080 ida y vuelta.
– Alojamiento en hoteles de categoría desde US$150 la habitación doble
– Alquiler de departamento para cuatro personas desde US$100 por día.
– Almuerzo básico desde US$7,50
– Alquiler de auto mediano desde US$50 el día. (Alamo)Imperdibles
– Paseo por Ocean Drive al atardecer
– Crucero a bordo de Island Queen por Bahía Biscayne
– Tarde de compras y tragos en Lincold Road
– Visita a los Everglades en los famosos “Airboats”
– Día de shopping y recreación en Sawgrass Mills
– Almuerzo de ostras y ceviche en Sense Beach Hotel, ubicado sobre la Ocean Drive disfrutando del desfile de personajes y el parque automotor
– Cena en el Restaurante Juvia (Lincold Road) con vista panorámica a toda la ciudad
