La Organización Internacional del Trabajo (OIT) abrió ayer la conferencia anual, en su 100º aniversario, de la que se espera surjan orientaciones para evitar que el futuro de los trabajadores sea dictado por robots o la inteligencia artificial.
“La gente necesita sentir que recupera el control de sus vidas (…), el futuro del trabajo no está predeterminado y no será decidido por robots, ni por la inteligencia artificial”, dijo el director general de la OIT, Guy Ryder, al inaugurar las reuniones en Ginebra, en las que participan 5.000 delegados de gobiernos, organizaciones sindicales y entidades representantes de empleadores.
Ryder sostuvo que la credibilidad de la organización depende de que todos los participantes llamados a tomar decisiones entiendan que no se pueden seguir abordando los temas como en el pasado y que es horade proponer a los gobiernos estrategias claras para que den a los trabajadores las respuestas necesarias.
“El futuro del trabajo será decidido por nuestras decisiones y acciones, y por nuestra voluntad de cooperar”, dijo el secretario General.
La justicia social, desde la perspectiva del acceso al trabajo decente, es la base de la misión de la OIT, considerada “el parlamento mundial del trabajo”, que provee la legislación internacional que protege los derechos de los trabajadores.
Durante dos semanas se debatirá sobre la adopción de una convención internacional contra la violencia y el acoso en el trabajo, y las negociaciones de una declaración sobre el centenario de la organización.
Ryder destacó la importancia del primer punto y señaló: “Esta conferencia luchará contra los abusos que ofenden los principios básicos de la decencia de las personas”.
Advirtió que, de lo contrario, el prestigio de la organización se verá afectado, adelantándose a debates que prometen ser intensos en vista de que hay varios desacuerdos.
El sector de los empleadores desea una definición concreta y limitada de lo que constituyen conductas de violencia y de acoso en el trabajo, y espera que se aclaren aspectos sobre el alcance temporal y geográfico de una situación de acoso, como la responsabilidad que tendrían o no en caso de que ocurriese entre colegas pero fuera del lugar de trabajo.
Declaración del centenario
Por su parte, la declaración del centenario de la OIT busca ser una hoja de ruta para abordar los profundos y acelerados cambios que ya están ocurriendo en el trabajo, orientando a los Estados sobre cómo actuar.
En el encuentro, Ryder sostuvo: “Si vemos la situación actual, los resultados electorales, los movimientos sociales, la dinámica de las sociedades y las preocupaciones de la gente, las raíces de todo esto se encuentra en gran medida en lo que ocurre en el mundo del empleo y en la insatisfacción que esto provoca en la gente” y agregó: “La gente quiere respuestas y esto está en la lógica de lo que queremos hacer”.
Para subrayar la importancia que sus gobiernos dan a este debate, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, y la canciller alemana, Angela Merkel, acuden hoy a la conferencia y dirigirán un mensaje.
Ayer, Merkel reclamó que se implementen estándares sociales en el mundo laboral para todas las personas. “Queremos que las normas sociales sean válidas para todas las personas del mundo”, agregó a horas de participar en la OIT donde se trabaja en una “Declaración del Centenario” sobre la digitalización y el trabajo social. Además, se discute cómo encontrar un equilibrio entre oportunidades y riesgos del cambio digital.