Los millenials ven que entre los +35 abundan los “pero” y el apego a la “zona de confort”

El trabajo en equipo, las nuevas tecnologías, los intereses y la motivación para trabajar fueron algunos de los aspectos sobre los que se indagó a 300 trabajadores de distintas edades

En este siglo, los cambios ocurren cada vez con mayor celeridad, generando un fuerte impacto en la sociedad y en particular en el mundo del trabajo. En ese sentido, los dos aceleradores principales que aparecen son la irrupción violenta de la tecnología y los nuevos paradigmas que vienen de la mano de las nuevas generaciones.
Con la intención de estudiar la convivencia intergeneracional en el ámbito laboral cordobés, Agustín Ibáñez y Marisol Rodrigo, del Observatorio de Recursos Humanos de Pedemonte y Asociados, indagaron sobre cómo se perciben las diferentes generaciones que conviven hoy en las empresas. Apuntaron especialmente a “Cómo son vistos, y cómo se ven los millenials y las generaciones X”. La muestra fue de  300 personas, la mitad tiene menos de 35 años y la otra mitad son mayores de esa edad.

Con respecto a la inclinación de trabajar en equipo con otras generaciones, los millenials cordobeses (nacidos entre 1981 y 1995) piensan que las generaciones anteriores están dispuestas a escuchar pero la mayoría de las veces tienen un “pero”.
“Creemos que este ‘pero’ puede ser una externalización de ciertos prejuicios inconscientes que muchos tienen en relación con los ‘sub 35’, más una cuota importante de apego a la propia ‘zona de confort’ para hacer las cosas igual que siempre. Esto se incrementa si los aportes suenan demasiado novedosos o disparatados”, detalló el relevamiento.
En relación con la preferencia entre el trabajo “a distancia” y el “presencial”, la consulta mostró un dato sorpresivo: 43% de los jóvenes prefiere asistir a su lugar de trabajo. “Si bien habitualmente consumimos literatura que nos habla de que los jóvenes de hoy prefieren trabajar desde el hogar priorizando la flexibilidad, sucede que al incorporarse al mundo laboral los jóvenes buscan adquirir experiencia, ¿y qué mejor forma que a través del trabajo presencial con compañeros más experimentados?”, sostuvieron Ibáñez y Rodrigo.

Por otro lado, 60% de los trabajadores mayores de 35 años sostuvo que prefiere un mix entre concurrir a la oficina y trabajar desde casa. La mayoría de quienes eligieron esta opción es mujer, quien suele tener que compatibilizar el trabajo con las responsabilidades familiares. Es decir, trabajar y ser madre a la vez.
De acuerdo con el relevamiento, a la hora de pensar en un nuevo trabajo los jóvenes priorizan en mayor medida las posibilidades de crecimiento y aprendizaje. “Es importante que las organizaciones inviertan en la formación de sus talentos, que lo valoran ampliamente. A los jóvenes les interesa disfrutar el camino, no sólo sacrificarse durante años para ver resultados en el futuro. En este sentido, dos de cada tres jóvenes trabajan pensando en futuros empleos. De aquellos, 70% trabaja pensando en próximos emprendimientos propios”, advierte el estudio.

Por el otro lado, los mayores de 35 años, especialmente los que superan 50, buscan el equilibrio entre disfrutar de la familia y trabajar, dado que en años anteriores se dedicaron a “hacer carrera” y crecer profesionalmente, dejando un poco de lado otros aspectos de su vida social, como la familia.
“Con el paso del tiempo ha ido desapareciendo la figura del trabajador que ingresaba a la organización a los 20 años con el objetivo de permanecer en la misma hasta su retiro. Las nuevas generaciones apuntan a ser sus propios jefes, y es por esto que se habla tanto del ‘emprendedurismo’. A los jóvenes los ayudan las comunicaciones, que gracias al avance tecnológico los dotan de mayor flexibilidad a la hora de comenzar emprendimientos personales”, agrega el estudio.

Finalmente, se descubrió que los “sub 35” valoran mucho las devoluciones, el denominado feedback; ya sea en público, o en privado: ”De la mano de esto es que podemos decir que estamos asistiendo al final de las evaluaciones de desempeño realizadas a fin de año, para pasar a una evaluación constante en la que se nos permita trabajar en modificar el proceso y no sólo en los resultados cuando una vez que han sido obtenidos”.