Entre los síntomas más comunes al regresar al trabajo después de las vacaciones están la falta de sueño (13%), de concentración (12%) y de interés (11%), además de cansancio generalizado (11%). Luego vienen la ansiedad y la tristeza, ambas con idéntico porcentaje (nueve por ciento). Así lo revela una encuesta de Trabajando.com, sitio especializado en el mundo laboral.
Otro aspecto que destaca el sondeo es que la sensación de desánimo acompaña los dos primeros días a 25% de las personas y se extiende durante toda la semana en 28% de los casos. En los extremos, cinco por ciento de los trabajadores dice demorar más de medio mes en adaptarse y 25% dice nunca sentir desánimo.
La vuelta al trabajo de los empleados es un desafío no sólo para los trabajadores sino también para los empresarios. Las personas organizan su vida en torno a una serie de costumbres que repiten continuamente, construyendo su estilo de vida. Entre aquéllas se encuentran los horarios para despertarse, de comidas, prácticas laborales. Dentro de este contexto, las vacaciones son un momento de ruptura de esa repetición de hábitos y se experimenta como un momento de libertad y disfrute sin limitaciones.
El desafío empieza cuando el período de vacaciones finaliza y hay que retomar actividades.
“Como referentes y líderes dentro de una compañía se debe acompañar a los equipos de trabajo en esa desconexión que el cuerpo y la mente necesitan para disfrutar plenamente de las vacaciones y que la vuelta a la oficina sea mucho más productiva y menos traumática”. Así lo consideran Javier Díaz, licenciado en Kinesiología y especialista en Bienestar Corporal y María José Ferrero, licenciada en Administración de Recursos Humanos, ambos de la firma Moodment, que diseña programas de bienestar ocupacional.
“Lo más probable es que al incorporarse de las vacaciones lo reciban montones de correo sin abrir, archivos y otras situaciones de oficina. Acompañar ese recibimiento junto con la comunicación de acciones de bienestar que se implementarán a lo largo de este nuevo año hará sentir a los empleados la gratificación de saber que podrán mantener sus rutinas saludables y hasta adquirir nuevas. Esto tiene un impacto altamente positivo ya que les dará la oportunidad de llevar sus responsabilidades manteniendo cuerpo y mente sanos”, afirmaron.
Otro consejo es incorporar breves descansos. Con hábitos saludables, los trabajadores se sentirán mejor y esto ayudará a que la vuelta a la normalidad sea más tolerable. Una posibilidad es el de generar sesiones de cinco o diez minutos de ejercicios suaves de movilidad y estiramiento. Además de quemar calorías, este tipo de actividades brinda beneficios que se vinculan con una mejor calidad de vida y repercuten en un mejor rendimiento laboral.
También sugieren incorporar un plan de nutrición, incluso con la presencia de una nutricionista en la empresa. “Esto suele tener alto impacto ya que ayuda a los empleados a conocer alternativas de alimentación sana. A su vez, el profesional puede acompañar a quienes lo necesitan realizando planes de nutrición personalizados y así comenzar a resolver cuestiones que, luego, de alguna manera, impactan en el rendimiento. El cuerpo funciona mejor cuando está en equilibrio”.
Proponen también un diagrama de actividades en equipo, esto debido a que la mayoría de los grupos de trabajo suelen alternarse a la hora de tomar vacaciones, lo que genera un desequilibrio en el equipo, ya que cuando uno regresa otro se esta yendo y viceversa. “Debido a esto, es importante que se planifiquen acciones que permitan recuperar la dinámica mental y emocional del grupo. Coordinar acciones de integración y motivación, talleres de recreación, actividades outdoor, torneos deportivos o competencias fomentan y promocionan la confianza e interrelación de los equipos”.
En cuanto al trabajador, hay una serie de acciones que los especialistas en recursos humanos de empresas ponen en marcha para que el regreso sea más sencillo.
Algunos sostienen que una medida positiva es que días antes del regreso al trabajo se pueden retomar los horarios y los lugares habituales para que el cambio no sea tan drástico. Así habrá más tiempo para las tareas domésticas -no sólo desarmar bolsos y valijas, ir a hacer las compras, lavar la ropa- sino también reorganizar la dieta y la rutina en el hogar.
Buenos motivos y desafíos
Además, sugieren reflexionar sobre el hecho de tener trabajo y la oportunidad de tomase unos días para descansar. También aconsejan generar motivaciones en el ámbito laboral, tomar conciencia de las cosas buenas del trabajo, además de la posibilidad de obtener dinero para la vida, la familia, pensar en los desafíos que se presentan diariamente.
Asimismo, instan a pensar acerca de si se pueden hacer mejor las diferentes tareas, plantear algo nuevo para lograr mayor productividad o eficiencia. Asimismo, proponerse capacitaciones para 2018.
Finalmente, advierten que no se puede volver al ritmo en un solo día. Los primeros días del regreso de vacaciones son ideales para organizarse. Hacer una lista de prioridades servirá para centrarse en lo esencial. Es importante que esa lista incluya tareas pequeñas y manejables para poder ver los logros con facilidad. Otra idea es comenzar con algún proyecto laboral que sea motivante.