Un estudio privado desmitifica la influencia que ejercen las grandes compañías sobre las pequeñas y medianas firmas industriales en cuanto al impacto que tienen sobre sus costos de producción y su rentabilidad. El factor geográfico, la inexperiencia y la carencia de inversión como pautas de ajuste.
En Argentina, no es nuevo el debate acerca de si existe algún tipo de canibalización entre las grandes y las pequeñas y medianas firmas industriales y cuál es el impacto sobre las más chicas cuando a un gigante no le va tan bien, respecto a los costos de producción y la rentabilidad.
Para esclerecer este tema, la Fundación Observatorio Pyme (FOP) presentó, recientemente, el informe “Pymes industriales y grandes empresas: ¿dependencia funcional o autonomía?”, para dar respuesta a varios puntos que surgen sobre esta inevitable asociación.
Una de las principales conclusiones, para sorpresa del imaginario, es que la participación de las grandes empresas no determina ni los costos de producción ni la rentabilidad de las empresas menores, sostiene el informe. “Con ciertos matices, este equilibrio se verifica independientemente del sector de actividad y de la región de localización de las compañías”, asegura.
Asimismo, la excesiva concentración de las compras de las pymes en el principal proveedor, o de sus ventas en el principal cliente, se presenta sólo en los casos de insuficiente desarrollo empresarial. Esto es más frecuente entre las pymes más jóvenes, entre las más pequeñas (las no exportadoras y las menos inversoras) y en las regiones menos desarrolladas de Argentina, como en algunas provincias de Noroeste y Nordeste.
“Las pymes más exitosas del país muestran niveles de concentración de las ventas que nunca superan 50% del total en un solo proveedor y niveles de concentración de las ventas siempre inferiores a 30% en un solo cliente”, sostiene el estudio.
La rentabilidad de las pymes, por lo tanto, depende de ellas mismas. La proporción de pequeñas empresas que tiene como principal proveedor a una gran compañía a la cual le compra por un valor superior a 50% del total de sus compras es sólo 9%, y de la proporción de pymes que tiene a una gran empresa como principal cliente a la cual le vende por valor superior a 30% de total de sus ventas es de 10%.
Además, sólo 1,5% tiene, simultáneamente, una gran empresa como principal proveedor al que le compra más de 50%, y como cliente al que le vende más de 30%. Según el informe, las pymes dependen casi completamente del nivel de actividad de la economía regional. Ellas realizan gran parte de su actividad comercial en la misma región, donde se localiza 77% de los proveedores y 83% de los clientes.
Sector próspero
Las pymes y su aporte a la economía regionalOtro dato que se desprende del informe es que las pymes dependen casi completamente del nivel de actividad de la economía regional. Las grandes empresas pagan sueldos y salarios en la región contribuyendo a la formación del ingreso regional, pero venden y compran sobre todo fuera de dicho ámbito, especialmente a empresas también de mayor tamaño (más de 200 ocupados).
En cambio, las pequeñas y medianas empresas, además de pagar sueldos y salarios localmente, realizan una gran parte de su actividad comercial en la misma región -donde se localiza 77 % de los proveedores y 83% de los clientes-.