Es uno de los principales desafíos para el sector. Además, un error habitual es querer trasplantar el modelo de empresa capitalista a un modelo social
Un emprendedor social tiene la misión principal de crear valor social. Esto puede ser desde solucionar un problema, atender a comunidades que han sido excluidas, buscar soluciones a problemas que el ejercicio económico ha creado, entre otras acciones. La misión social es la que guía el desarrollo de todo el emprendimiento.
Con el fin de potenciar la economía social y las microfinanzas en la Argentina, la semana pasada se realizó un seminario sobre esta temática organizado por el ICDA de la Universidad Católica de Córdoba y la Fundación Banco de Córdoba. En este marco, estuvo presente Jenny Marcelo Melo, investigadora colombiana que, en su paso por esta ciudad, dialogó con Comercio y Justicia.
– ¿Cuál es el impacto real que tienen los emprendimientos sociales en un país?
– El emprendimiento social como tal apenas está en auge; todavía no hay muchas herramientas ni documentos para saber cuál es el verdadero impacto que está teniendo. Hay una gran dificultad para saber cómo se debe evaluar el peso que tiene un emprendimiento social. En un proyecto comercial el impacto se calcula a través de la rentabilidad o no. Pero como los emprendimientos sociales tienen que ver con personas o con necesidades, el indicador de impacto tiene que ser distinto y aún no hay instrumentos internacionales avalados compartidos por todos para medirlo.
– ¿En qué instancia se encuentran este tipo de inciativas?
– Es un fenómeno que está en auge. En este contexto sabemos que la caridad, la filantropía y el asistencialismo no han funcionando -se han quedado cortos- y ahora estamos en un momento en que necesitamos otras soluciones que implican un trabajo con nuevos actores, y es aquí donde surge el emprendimiento social.
En América Latina, una institución como Ashoka -con más de 30 años trabajando en esta temática- es una de las pioneras y más comprometidas.
– ¿Cómo está posicionada la Argentina en esta temática en comparación a otros países de América Latina?
– En este país hay iniciativas muy interesantes y una muestra de esto es que es uno de los que tiene más casos para mostrar, aunque en general en todos los países de América Latina se está avanzando. En la Argentina existe un proyecto muy conocido y exitoso que se llama Fundación Pro Vivienda Social que está en Buenos Aires, que ha hecho convenios entre la comunidad y una empresa de gas para llevarle este suministro a los hogares de personas con menos ingresos. Este es un caso muy interesante que ha tenido escalamiento en otros países.
– ¿Cuáles considerás que son los principales desafíos que enfrenta este sector emprendedor?
– Creo que algo de lo más relevante es que haya más sensibilización sobre el tema. Que se avance para llegar a un consenso y que haya más investigación. Además, falta más conocimeinto académico para que se generen herramientas hechas a medida de los emprendedores. No se puede trasplantar un modelo de empresa capitalista para gerenciar un modelo social.
Pero lo más importante es que falta una política pública de apoyo al emprendimiento social. Es necesario que los emprendedores que quieran desarrollar este tipo de proyectos reciban apoyo público de alguna manera, como puede ser a través de la exención de los impuestos.
Fundación Banco de Córdoba
“En el año llevamos otorgados casi 10 millones de pesos en microcréditos”
La Fundación Banco de Córdoba trabaja, desde hace varios años, en satisfacer la demanda de microcréditos en la provincia de Córdoba. Manuel Epelde, gerente de la entidad, explicó a este medio que “están trabajando con una cartera activa -es decir en la calle- cercana a los 25 millones de pesos en los últimos dos años”.
Particularmente, desde principios de año hasta este mes llevan otorgados casi 10 millones de pesos a un promedio de 8 mil pesos por crédito.
“El año pasado, la Fundación dio utilidades por casi 900 mil pesos que fueron reinvertidos en su totalidad en la cartera de microcréditos. Una de las razones por las que invertimos el 100 por ciento de los recursos es para tratar de mantener subsidiada la tasa y, por el otro, incrementar la cartera lo más que se pueda”, comentó el directivo.
Más aún, Epelde contó que junto al Ministerio de Desarrollo de Social de la Provincia lanzaron un crédito para mujeres productoras rurales. En este caso, los créditos son blandos y ya han entregado desde marzo hasta hoy casi 700 créditos por una cifra superior a los 2 millones de pesos.
En lo que respecta a la devolución de los microcréditos, el directivo agregó: “Estamos con una mora muy controlada y el recupero es cercano al 95 por ciento, lo que representa casi la totalidad de lo prestado”.
Para capacitarse
– La Universidad Católica de Córdoba y el área de Responsabilidad Social Universitaria pusieron en funcionamiento el año pasado el Programa de Desarrollo y Fortalecimiento a Microcréditos, Prodemi.
– Este programa brinda un aporte específico para la consolidación del sistema mediante la formación de emprendedores, las intermediación con las instituciones de microfinanzas y “contención” de los proyectos en marcha.