El dato surge de un estudio de impacto realizado por Ashoka en Argentina. Se trata de una organización que desarrolla un ecosistema emprendedor trabajando con y para el sector.
Hoy es el Día del Emprendedor Social. Y en esta ocasión, Ashoka -una organización mundial que impulsa este tipo de emprendedorismo en más de 70 países- difundió algunos números que reflejan el impacto de sus programas en Argentina.
Así, de los principales datos recabados del trabajo que realizan los emprendedores sociales en este país, surge que 56 por ciento logró generar cambios en las políticas públicas a nivel nacional; 94 por ciento de los emprendedores sociales continúan difundiendo y desarrollando sus innovaciones; 93% menciona que sus modelos fueron replicados, y 75 por ciento de estos emprendedores son considerados líderes en sus campos de actuación.
“Mientras que las cifras de alcance son extraordinarias, estamos orgullosos del impacto que nuestros emprendedores sociales tuvieron en términos de cambio sistémico -transformando percepciones sociales, incentivando nuevos patrones de comportamiento, y revolucionando campos enteros-”, aseguraron en Ashoka.
Otras cifras que también se destacan son: 100 mil personas son impactadas -de forma directa o indirecta- por los emprendedores en el Cono Sur cada año; y 3.000 es el número de personas que fueron seleccionadas por la institución en 30 años de trabajo.
ADN emprendedor
“Los emprendedores sociales no conciben la posibilidad de cambio si no es a escala. Esto tiene base en su ADN, que los impulsa a desarrollar soluciones innovadoras que puedan atacar los principales problemas sociales pensando globalmente y comenzando por una acción local”, aseguró Guillermina Lazzaro, directora Ashoka Región Cono Sur.
En este sentido, la directora agregó que los emprendedores sociales tienen que operar sobre distintas dimensiones que conllevan diferentes desafíos.
El primero tiene que ver con trabajar en el terreno e incidir en políticas públicas. “La mayoría de las organizaciones sociales que generan un gran impacto social advierten que necesitan incluir la incidencia en políticas públicas para lograr una verdadera transformación social”, indicó Lazzaro.
En segundo lugar, aseguró que el hecho de combinar trabajo de campo concreto con incidencia en políticas públicas otorga legitimidad a la organización como un actor relevante y necesario. “El desafío entonces es lograr ser parte del diseño de la política pública. Es esencial conseguir la distancia suficiente con el sector público para ser respetado como actor, generando una relación de confianza e igualdad que rompa el sistema clientelar”, agregó la directiva.
Por último, advirtió la necesidad de “trabajar junto con las empresas para dejar la visión filantrópica tradicional y pasar a pensar conjuntamente en la inversión social de largo plazo, creando relaciones de paridad”.