El desafío de las pymes, a sólo tres meses de terminar 2021

Sobrellevaron las restricciones del ASPO, en 2020, y este año las estrategias se orientaron a la mayor eficiencia productiva y de gestión, así como a la focalización de los recursos financieros y económicos

Evidentemente, los desafíos para los empresarios pyme durante este año están dedicados al desarrollo de estrategias orientadas a la mayor eficiencia productiva y de gestión, así como a la implementación de sistemas de monitoreo permanente de los flujos de efectivo y contención de costos, sin olvidar la búsqueda de focalizar los recursos financieros y económicos en la actividad principal y en la integración con los principales clientes y proveedores.

La economía productiva de las pyme y de las empresas medianas-grandes ya se venían reactivando desde 2020 a pesar del impacto mundial de la pandemia. Sin embargo, la Fundación Observatorio Pyme ya advertía que este crecimiento era dispar, considerando tanto el tamaño de la firma como por el sector. Las pymes de software y servicios informáticos, que reciben el beneficio de la reciente reglamentación de la Ley de Economía del Conocimiento, no experimentaron caída de sus ventas . En el segundo trimestre del año pasado hasta vieron aumentar su facturado real en 14% interanual. En el tercer trimestre del año repitieron ese mismo desempeño.

En el informe citado se mencionaba la irrupción de un importante límite de oferta entre las pymes manufactureras en 2020. La neta reactivación observada durante el tercer trimestre, con la duplicación de las órdenes de pedidos con respecto al segundo trimestre, puso a 38% de las pymes industriales en la posición de no poder satisfacer inmediatamente la demanda. Este complejo escenario reflejó a las claras el deterioro del capital físico y la insuficiencia del capital de trabajo de estas empresas. “El faltante de productos para la venta observado durante el último trimestre no obedeció solamente a la incertidumbre sobre el precio futuro de reposición, sino también y más simplemente a la insuficiente capacidad productiva del sector”, detallaron en el mencionado documento.

También se subrayó en el citado informe la diferencia entre el desempeño de las empresas pequeñas (10-50 ocupados) y las medianas (51-249 ocupados) manufactureras. Las firmas medianas mostraron un desempeño muy superior, reflejando números positivos ya a partir del segundo trimestre de 2019 y una sola caída productiva en el segundo trimestre de 2020, es decir en el momento más crítico del ASPO. “Sin embargo, ya en el tercer trimestre aumentaron sus ventas reales en un 8% interanual, mientras las pequeñas cayeron un 23%”, describieron en el informe.

Dos clústers bien diferenciados

El escenario derivó en que hacia el final del año 2020, se configuraron dos clústeres de pymes y medianas-grandes muy bien diferenciados. “ El primero, ‘dinámico’, conformado por las empresas más grandes, de los sectores de servicios y agropecuario/recursos naturales, localizado predominantemente en la región Centro del país, con 40% del total de las empresas. Y otro sector ‘estático’, con otro 40% de las firmas, conformado por microempresas y pequeñas, de los sectores manufactureros, construcción y comercio, localizado en las regiones AMBA y Sur”.

En este sentido, las expectativas de este mismo organismo, no habían sido muy prometedoras para este año. “El 70% de las pymes (con algunas diferencias por sector y tamaño) retornará al nivel de actividad de la pre-pandemia durante el primer semestre y el restante 30% se distribuye entre el segundo semestre y el 2022”, advirtieron.

Panorama auspicioso

Luego, hace dos semanas, la Fundación Observatorio Pyme emitió un nuevo informe en el que el escenario es más esperanzador. En el último informe señalan que si se compara con 2020, el peor período bajo pandemia, durante el segundo trimestre de este año, la actividad de las pymes manufactureras mostró desempeño positivo (+27,4% en promedio). “Después de tres años, es la primera vez que tanto las firmas pequeñas (10-50 ocupados) como las medianas (51-250) muestran ambas tasas positivas en la evolución de las ventas en términos reales”. No obstante, la divergencia por tamaño es creciente, es decir que el aumento entre las empresas medianas resultó casi 4 veces el de las pequeñas (+12,4% vs. +47%), mientras que en períodos anteriores venía siendo entre 2 y 3 veces.

Así también la positiva evolución de la actividad real se acompaña de un mejoramiento de la confianza a nivel general de las industrias PyME como por tamaño.

Un aspecto a considerar es la recuperación de las pequeñas, es el despegue del sector de confecciones y calzado, que si bien venía de contracciones fuertes antes de la pandemia y durante ella fue uno de los más afectados. Con relación a sectores más robustos, como químicos y metalmecánica, Textil, prendas de vestir, productos de cuero y calzado recuperó en términos interanuales casi 70% en ventas.

El desafío es si este nivel de confianza sectorial, se podrá sostener en un futuro considerando la crisis económica actual en Argentina.

Los ganadores .

El software y servicios informáticos (SSI) continúa en sendero positivo en cuanto a su actividad real (ventas deflactadas +20,9% interanual), pero la evolución del empleo entró en fase levemente contractiva prácticamente desde el inicio de la pandemia. La mitad de las pequeñas y medianas empresas industriales y de software y servicios informáticos alcanzó su nivel de actividad previo al inicio de la pandemia de covid-19 y aproximadamente un tercio prevé recuperarlo a partir de 2022. Ahora bien, 8% de las pymes manufactureras continúa considerando improbable retornar a ese nivel de producción.

El modelo productivo actual en Argentina refleja restricciones en el frente externo e incentivos en el mercado interno. Se observa un cambio en la dinámica del empleo entre las manufacturas y los servicios avanzados. Ahora bien,¿este comportamiento se sostendrá en el tiempo, habrá transformaciones productivas relevantes en la matriz productiva de nuestro país?