Es para innovación tecnológica y reúne dinero de particulares con la orientación de un venture capital. Los préstamos irán de 2,5 millones a 15 millones de pesos.
El financiamiento para emprendedores puede venir pronto de una fuente novedosa: un fondo de innovación tecnológica público que reunirá pesos de particulares, como en un fondo común de inversión pero con la orientación de un venture capital.
El nuevo formato, presentado por Cohen -sociedad gerente de fondos comunes de inversión-, fue aprobado por la Comisión Nacional de Valores (CNV), que había previsto este instrumento en la resolución general 596.
Los fondos comunes cerrados para proyectos de innovación tecnológica (FIT) tienen como fin ser una fuente de inversión para el ecosistema emprendedor local, en un contexto de poco financiamiento. “Dará acceso a los participantes del mercado de capitales a invertir en emprendedores, y a éstos, a los fondos”, dijo Julián Cohen.
El recorte del universo de emprendedores se orientará sobre un sector donde los expertos ven el potencial de desarrollo de compañías locales con proyección internacional.
Según describen en Cohen, el FIT es una alternativa de inversión en pesos para inversores calificados, con miras al largo plazo, y dispuestos a tolerar un alto riesgo.
“La idea de estos fondos es financiar la etapa de expansión de las compañías”, detalló Miguel Sampedro, uno de los integrantes del equipo de gestión del fondo, que por estos días realiza negociaciones para reunir entre 60 y 300 millones de pesos para empezar a funcionar. El plazo de 90 días hábiles que les dio la CNV para conseguir capitales vencerá en diciembre.
Cuando esté en marcha, la inyección por compañía irá de 2,5 a 15 millones de pesos, con la idea de apuntar a un portfolio de 20 empresas, diversificado en distintas áreas, entre las que se destacan biotecnología, energías renovables, economía digital, innovación en salud, tecnología aplicada al agro y ciencia aplicada.
Quienes se suscriban al fondo como cuotapartistas pueden invertir a partir de 50 mil pesos. “Es un ticket menor que el de cualquier venture capital”, señaló Sampedro.
Otra de las diferencias es que, si bien el plazo de duración del FIT es de diez años, los inversores que quieran salir antes podrán vender su cuotaparte en un mercado secundario público regulado. La salvedad es que hoy no hay garantías de liquidez ni que los precios sean superiores al inicial. “Las inversiones deben considerarse especulativas y de alto riesgo”, se escribe en el prospecto de emisión de cuotapartes. “Por el riesgo, no se recomienda invertir más del 7 por ciento del portafolio”, dijo Manuel Tanoira, asesor legal.
Sobre el rendimiento, los impulsores del fondo indican que “la expectativa de alto retorno se condice con la naturaleza de alto riesgo que tienen estos fondos”. En el mundo, “la industria de venture capitals tiene como objetivo, en general, multiplicar por 10 el capital suscripto para fondos de 10 años de duración”. A eso aspira el FIT de Cohen. Pero puede haber retornos antes de ese plazo: los administradores del fondo pueden vender sus participaciones en empresas si se presentan oportunidades, y distribuir dividendos.
Existen en el mundo capitales de riesgo con desempeños dispares: algunos pierden todo; otros, consiguen una renta mayor de 20% anual. El criterio para la selección de los emprendimientos es similar al de los venture capitals : el potencial de la firma de multiplicar su valor en el mediano plazo, el equipo y la condición de que exista facturación a partir de un producto o servicio. Además, deben cubrir una necesidad clara, sostenible y escalable en el mundo.