Por Juan Stadler (*)
El reciente anuncio del Gobierno argentino sobre la eliminación de las retenciones a cuenta de Ganancias e IVA para los pagos digitales en comercios es una medida primordial dentro del marco económico actual. El incentivo hacia la digitalización de los pagos mejora la competitividad de millones de comercios y pymes.
Desde el año 2000 las retenciones han sido una carga financiera para muchos comercios. La liquidez es clave para estas empresas, y cualquier deducción anticipada de impuestos reduce su capacidad de reinvertir o incluso mantener operaciones diarias.
Esta medida ofrece un alivio inmediato que puede permitir a muchos negocios expandirse, ya sea empleando gente y/o abriendo sucursales.
A las pymes, que generan alrededor del 70% del empleo formal en la Argentina, les permitirá contar con más capital disponible dada la reducción en la necesidad operativa de fondos.
Promover la digitalización
Otro aspecto positivo de esta política es su potencial para incentivar el uso de pagos digitales en una economía donde aún predomina el efectivo. La pandemia impulsó el crecimiento de las billeteras digitales y las transferencias electrónicas, pero muchos comercios y consumidores siguen prefiriendo el uso del efectivo debido a la informalidad o la falta de acceso a infraestructura digital adecuada.
La eliminación de las retenciones a los pagos digitales es un paso importante para acelerar esta transición, haciendo que más comercios adopten medios de pago formales y reduciendo las asimetrías entre los distintos medios de pago.
Efecto sobre la recaudación fiscal
Un punto de debate importante es el impacto de esta medida sobre la recaudación fiscal. Las retenciones anticipadas son una herramienta de control fiscal que garantiza ingresos inmediatos para el Estado. Al eliminarlas, el gobierno podría ver una caída en la recaudación en el corto plazo, especialmente si los comercios y empresas no cumplen con sus obligaciones fiscales al final del período.
Aun así, el gobierno parece estar apostando por un aumento de la formalización y el uso de medios electrónicos de pago como una forma de compensar esta posible caída en la recaudación. La lógica detrás de esta medida es que, a medida que más transacciones pasen por canales digitales, la evasión fiscal se reducirá, aumentando el volumen total de impuestos recaudados.
Todos ganan
En mercados desarrollados, en los que los medios de pago electrónicos priman por sobre el efectivo, todos los actores de la cadena ganan: usuarios, comercios y Estado. De esa forma, brindan mayor seguridad, agilidad y experiencia al usuario y al comercio.
Los clientes pueden acceder a las promociones y descuentos que ofrecen tanto los bancos como las billeteras digitales, además de contar con financiación a través de las cuotas.
Respecto de los comercios, cobrar a través de medios de pago electrónicos les permite organizar sus ingresos y correr menos riesgos que si lo hicieran con efectivo, cuya administración tiene un costo. El hecho de tener sus ingresos bancarizados o en una billetera les permite además invertir el saldo que no usan, obteniendo una renta.
Y en lo que respecta al Estado, cumple su doble función de aumentar la recaudación a través del desarrollo de los negocios de los comercios, entendiendo que cuanto más simple sea el mecanismo de cobro/pago para todas las partes, más podrá recaudar.
Los descuentos a usuarios por pagar usando la billetera electrónica, fomenta el uso de estos medios y atrae nuevos usuarios hacia la digitalización.
Mientras la tecnología siga desarrollando nuevos dispositivos para pagar, como celulares, relojes, tap on phone, sumado a los tradicionales plásticos, cada vez será más fácil y seguro poder realizar pagos y cobros.
(*) VP de Worldpay.