El británico Peter Higgs y el belga François Englert fueron distinguidos por trabajar en el concepto mediante el cual las partículas subatómicas obtienen masa, uno de los grandes descubrimientos para entender el universo.
El premio Nobel de Física fue concedido ayer al británico Peter Higgs y al belga François Englert por teorizar sobre el “bosón de Higgs”, mediante el cual las partículas subatómicas obtienen masa, uno de los grandes descubrimientos de los últimos 50 años, ya que se considera clave para entender el universo.
El bosón de Higgs permite asomarse a la observación de lo que ocurrió inmediatamente después del “big bang” y así el descubrimiento se convierte en la pieza faltante del rompecabezas del Modelo Estándar de la física de partículas que explica el funcionamiento del universo y describe los componentes fundamentales de la naturaleza.
A este mecanismo se le atribuye la propiedad de atraer y mantener junto el resto de partículas elementales que conforman la materia visible del universo y es “una parte central” del modelo estándar de la física elemental “que describe cómo está construido el mundo”, señaló en su fallo la Real Academia de las Ciencias sueca.
La confirmación de la existencia de esta partícula mediante experimentos con el Gran Colisionador de Hadrones (LHC) y otros dos grandes detectores, el Atlas y el CMS, del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) fueron considerados un hallazgo esencial en la comprensión del universo.
Durante las décadas de 1950 y 1960 los científicos observaron, de forma separada, la existencia de nuevas partículas en radiación cósmica con aceleradores recién construidos, pero no fue hasta 2011 que en el CERN, ubicado en Ginebra, se probó la existencia de una partícula que era el “bosón de Higgs”.
“No sólo se descubrió una partícula: se abrió una ventana a un nuevo mundo”, comentaron los físicos en ese instante. “Es un momento histórico”, subrayó en ese entonces el director general del CERN, Rolf Heuer, tras la difusión de los datos sobre dos experimentos realizados en el LHC, de Ginebra.
Peter Higgs, de 84 años, afirmó sentirse “abrumado” por el premio y felicitó también “a todos los que contribuyeron al descubrimiento de esta nueva partícula”. Asimismo, se mostró expectante por que “este reconocimiento a la ciencia básica ayude a aumentar la conciencia del valor de la investigación imaginativa”.