Señalan que el niño necesita desarrollarse dentro de una estructura familiar, con funciones y roles correspondientes, independientemente de quien las ejerza
Mientras el Senado de la Nación comienza hoy a debatir el proyecto de ley para habilitar el matrimonio entre personas del mismo sexo y la posibilidad de que estas parejas puedan adoptar, el Colegio de Psicólogos de la Provincia sentó postura sobre el tema: avaló la iniciativa y dio su justificación.
“Existe un grupo humano que ha sido discriminado y cuyos derechos se han vulnerado”, subrayó Cristina Bravo, presidenta del colegio profesional, quien con Angélica Dávila, secretaria científica, fueron las encargadas de presentar el dictamen de la Junta Ejecutiva de la entidad.
La postura sostiene que la pareja y la familia son productos de una cultura, creadas por la sociedad ante las necesidades humanas y que, como toda creación humana, se ha ido transformando a lo largo del tiempo y adquiere diferentes conformaciones en relación a cada contexto social, económico y cultural.
Según Bravo, en el caso del matrimonio homosexual, la iniciativa legal permitirá otorgar derechos a una forma de estructura familiar ya existente, pero históricamente discriminada.
“Una estructura se conforma por posiciones y funciones correspondientes a cada lugar dentro de ésta y esto es lo que permanece, independientemente de quien ejerza determinada función”, argumentó la psicóloga.
Desde este punto de vista, la norma contemplaría el derecho de los ciudadanos a elegir su opción sexual, sin ser discriminados ni disminuidos por ello, reconociéndoles a las parejas gay la posibilidad de unirse legalmente y formar una familia, tal como las leyes reconocen a las parejas heterosexuales.
La “normalidad”
El dictamen de la Junta Ejecutiva argumenta también que, desde el punto de vista puramente psicológico, el niño necesita desarrollarse dentro de una institución o estructura familiar que lo provea de afecto, cuidados y herramientas socioculturales de tipo simbólico, que le permitan integrarse a su comunidad mediante el lazo social.
“Es importante que esta estructura provea de todos los elementos señalados para el crecimiento y desarrollo del infante, para lo cual es necesario que dentro de la misma se ejerzan las funciones y roles correspondientes. Por lo tanto, se trata de posiciones y funciones dentro de la estructura, independientemente de quien las ejerza”, explican con relación a la posibilidad de que ese rol lo cumplan homosexuales.
“Existen diferentes tipos de familias que no generan patologías psíquicas, a pesar de no estar constituidas a la manera ‘tradicional’ (occidental y cristiana): padre, madre e hijos. De hecho, hoy es difícil encontrar estas conformaciones en la sociedad actual. En nuestros espacios laborales, consultorios públicos y privados trabajamos cotidianamente con las familias disfuncionales y sus sufrimientos, que no dependen de este factor”, afirman los profesionales.
Por otra parte, señalan que hasta el momento no existen pruebas científicas que demuestren que los niños criados por parejas del mismo sexo tengan un desarrollo psicológico peor que el de aquéllos que crecen en el seno de una pareja heterosexual.
Asimismo, en el documento los especialistas expresan que “considerando a Sigmund Freud, podemos decir que las leyes fundamentales de la cultura con relación a la estructura familiar siguen vigentes: las leyes de prohibición del incesto y la de sostenimiento de la diferencia intergeneracional ¡Podemos estar tranquilos! Todavía podemos decir que somos normales”.
Proyectos
– El principal, y que es apoyado por gran parte del oficialismo y por algunos senadores radicales, fue aprobado por la Cámara de Diputados el 5 de mayo. Esa iniciativa autoriza el matrimonio entre personas del mismo sexo, modificando varios artículos del Código Civil. Además, otorga a estas parejas la posibilidad de adoptar.
– Por otra parte, varios senadores presentaron proyectos para reclamar una consulta popular no vinculante para que la población se pronuncie, por sí o por no, sobre el matrimonio gay. Los autores de estas iniciativas son los radicales Ramón Mestre y Roy Nikisch, así como María José Bongiorno, Teresita Quintela y Carlos Menem.