Un estudio entre 30 mujeres que viven con la enfermedad (cordobesas entre ellas), reveló que 63% tiene mala relación con su médico de cabecera.
A 30 años de la aparición del VIH sigue existiendo el estigma y la discriminación por parte de médicos y profesionales de la salud, según un estudio sobre la experiencia de 30 mujeres que padecen esa enfermedad y se atienden en hospitales públicos.
Ese dato surge del informe “Mujeres Impacientes II”, que fue elaborado por la Red Argentina de Mujeres Viviendo con VIH/Sida (Ramvihs) sobre la base de 30 entrevistas realizadas por mujeres con VIH a otras mujeres de las ciudades de Buenos Aires, Rosario, Córdoba y del conurbano bonaerense.
“Hemos logrado poner en evidencia que, a 30 años del inicio de la epidemia, sigue existiendo el estigma y la discriminación en la atención de pacientes con VIH”, dijo María Eugenia Guilligan, representante de la organización que elaboró el informe.
Según los resultados de esas 30 entrevistas, “63,34 % de las mujeres con VIH manifiestó tener una mala relación con su médico de cabecera, 13,33% dijo tener una relación regular y 23,33 % la calificó como buena”.
Guilligan explicó que “las mujeres con VIH no reciben muchas veces la atención de calidad y de respeto que todo sujeto de derechos se merece”.
Las entrevistas muestran que “el personal de salud muchas veces no informa correctamente o descalifica a la mujer con VIH que manifiesta su deseo de tener un hijo, por ejemplo, o pide un método anticonceptivo a su médico, que no sea el preservativo, para no quedar embarazada”.
“Algunas mujeres con VIH no logran negociar el uso del preservetavio con sus parejas y buscan una doble protección para evitar el embarazo. Esto no es comprendido por muchos profesionales, quienes les dificultan el acceso a otros métodos”, señaló Guilligan.