COLUMNA DE JUSCOM
Por Belén Torres Cammisa
El 80% de los argentinos usa redes sociales y el 94% de ellos lo hace a través de su celular. Dedican más de tres horas diarias a consumir contenidos digitales. Los datos surgen del informe anual de We are Social y, sin dudas, plantean un nuevo contexto comunicacional. Frente a él, los poderes judiciales tienen la posibilidad ocupar un rol protagónico como interlocutores o permanecer ausentes.
Kevin Lehmann, presidente de la Asociación Iberoamericana de Profesionales de la Comunicación Judicial (JusCom), opina que “aunque la administración de justicia no desarrolle canales formales de comunicación digital, los usuarios van a hablar sobre ella en la red”. Y, sin dudas, ese es el primer planteo que deben hacerse los poderes judiciales: ¿no será hora de que la organización participe en este escenario y desarrolle su voz propia en las redes sociales para dialogar aquí también con la ciudadanía?
El Instituto de Comunicación Digital de JusCom que coordino se propuso relevar y construir, en marzo de este año, un mapa del país que identificara los canales de comunicación digital existentes (portales web y redes sociales) de las principales instituciones judiciales. El trabajo se enfoca en los poderes judiciales, ministerios públicos fiscales, ministerios de la defensa, consejos de la magistratura, oficinas judiciales administrativas y jurisdiccionales; tanto de la esfera nacional como la provincial. Los datos son una primera fotografía inédita de una realidad muy cambiante y dinámica.
Propongo detener la mirada en la información que arroja sobre los poderes judiciales: el 100% de las organizaciones tiene su propio portal web. Este es el primer paso a dar en el contexto de la comunicación digital. Ahora bien, al relevar la presencia en redes sociales, un 76% tiene cuentas oficiales. Es decir, seis poderes judiciales aún no arribaron al siguiente nivel. Las redes más utilizadas por los poderes judiciales son Youtube (72%) y Twitter (hoy “X”), abierto por el 52% de los poderes judiciales. Luego siguen en el ranking Facebook e Instagram, ambas abiertas en el 40% de los casos. Solo el 16% de las instituciones judiciales tienen perfil en Linkedin, la red profesional y académica por excelencia. Apenas el 4% tiene cuenta en Spotify, el lugar de los podcasts.
Presencia digital de calidad
El primer paso en el camino de la comunicación digital es estar presente, pero sin lugar a dudas que eso no es suficiente, el desafío es hacerlo con calidad. Abrir una cuenta es algo sencillo, casi como generar un nuevo correo electrónico. Cada institución debe arribar a este contexto con profesionales que lideren el espacio para poder ofrecer con periodicidad contenidos de valor que se adecúen a la comunicación multimedia en formatos breves, de modo talentoso e innovador.
Quienes se animen a estar aquí con voz propia se encontrarán en un campo en el que se libra una verdadera batalla por captar la atención. Sobreabundan los contenidos. Los usuarios experimentan una especie de “infoxicación” que genera esa sensación de “agobio informacional” que plantea Carlos Scolari en su libro Cultura Snack. Por eso, cada micro contenido debe ser pensado, trabajado con creatividad, aprovechando el potencial que ofrecen los lenguajes multimedia.
Por otra parte, considero que la actitud conversacional, de escucha atenta, es indispensable para desarrollar una presencia digital saludable como institución. El desafío es abandonar el lugar de emisores únicos de mensajes y adoptar las redes como espacios fecundos para el diálogo. No caer en la tentación de ubicarse en posiciones reactivas frente a la opinión de los usuarios, capitalizar el feedback y responder con inmediatez a las inquietudes. Estos buenos modos, serán sin lugar a dudas, valorados por los seguidores y se traducirán en un mayor alcance de las publicaciones. La naturaleza de las redes sociales es la de permitir y fomentar la participación.
Por otra parte, la organización que decide crecer en este escenario debe hacerlo con clara conciencia de la responsabilidad que conlleva ser voces oficiales en este terreno. Además, será fundamental que la comunicación digital desarrollada sea apoyada por la jerarquía de la organización. Es decir, que los canales en redes sociales sean entendidos como herramientas efectivas para una mejor comunicación del poder judicial con la ciudadanía, y en este sentido, fomentar efectivamente el crecimiento de este espacio de la institución.
(*) Licenciada en Comunicación Social. Directora del Instituto de Comunicación Digital en JusCom