De acuerdo a un relevamiento publicado por el portal Unciencia solo 35% de las bancas legislativas fueron ocupadas por mujeres en los últimos 20 años. La cifra alcanza sólo el 15% en los departamentos electorales. Las legisladoras duran menos tiempo en sus bancas y son minoría en cargos jerárquicos.
A casi 20 años de la vigencia de las leyes que establecen la paridad de género en la legislatura de Córdoba un estudio realizado por un equipo de especialistas de la Facultad de Psicología (UNC), analiza el impacto que tuvieron las leyes de paridad de género (Ley provincial 8.901 y Ley nacional 27.412) en el acceso de mujeres a cargos legislativos en Córdoba.
El proyecto está radicado en el Instituto de Investigaciones Psicológicas (IPPsi) de la UNC y el Conicet y se utilizaron datos oficiales del Portal de Datos Abiertos de la Legislatura de la Provincia de Córdoba. El análisis se centró en el porcentaje de bancas obtenidas por varones y mujeres en las elecciones legislativas realizadas entre 2001 y 2019.
La Cámara Legislativa de Córdoba se organiza bajo un sistema mixto que combina distritos plurinominales (44 bancas correspondientes a Córdoba) y uninominales (26 bancas pertenecientes a los departamentos de la provincia). De acuerdo al estudio publicado por el portal Unciencia “la presencia de mujeres en la legislatura cordobesa fue del 35% en promedio, y se mantuvo siempre por debajo del 50% necesario para alcanzar la equidad de género dispuesta por la ley”.
La participación femenina es aun más escasa al tomar los datos que corresponden a representatividad de departamentos electorales. “Las mujeres que lograron ocupar una banca legislativa en representación de su distrito fueron el 15%, frente a un 85% de varones”, según el estudio. Otro dato resulta relevante: en 11 de los 26 departamentos provinciales nunca hubo una representante legislativa.
El estudio que llevaron adelante las investigadoras Mila Francovich, Lorena Saletti Cuesta, y Silvina Alejandra Brussino determina además que las mujeres registran mayor alternancia en sus cargos legislativos y, por lo tanto, menor permanencia en sus bancas. Las legisladoras repitieron mandatos y resultaron reelegidas en menos oportunidades (el 17% de ellas renovó su mandato frente al 32% de ellos).
Respecto de los motivos por los cuales no se alcanza la paridad a pesar de la existencia de la normativa, la investigadora Mila Francovich explicó: “Ninguna de las normativas incluyó un criterio de paridad horizontal que obligue a los partidos a incluir candidatas en las cabezas de las listas de los partidos, en la mitad de los departamentos”.
El estudio destaca que, como consecuencia, “la presencia de mujeres en las elecciones departamentales desaparece, y queda supeditada a la voluntad política de los partidos”. En ese sentido, la investigación señala que existen distintas prácticas y maniobras implementadas por los partidos políticos “para obstaculizar que las mujeres lleguen a los cargos de representación, especialmente cuando la banca en disputa es una sola”. Entre los principales obstáculos se encuentran: “eliminarlas de las cabezas de lista, ubicarlas en cargos poco expectables, o en distritos en los que históricamente el partido pierde las elecciones”.
La paridad en deuda
De acuerdo a un reporte elaborado por ONU Mujeres, a nivel global, sólo el 26,5% de los escaños parlamentarios nacionales están ocupados por mujeres, y únicamente seis países tienen la mitad o más de mujeres en sus cámaras.
La participación legislativa femenina varía por regiones, detectando los índices más bajos en África septentrional y Asia occidental (18%), seguida por Asia central y meridional (19%), Oceanía (20%), Asia oriental y sudoriental (22%), África subsahariana (26%), América del Norte y Europa (32%) y América Latina (el 36%).
Se estima que, al ritmo actual, la paridad de género en los cuerpos legislativos de los países del mundo no se alcanzará antes de 2063.