Responder la demanda de un colega o contestar una llamada telefónica hacen que el profesional no retome una parte significativa de la tarea o la abrevie para compensar el tiempo perdido.
¿Tiene consecuencias interrumpir al médico mientras trabaja? Sobre este interrogante indagó un grupo de investigación de la Universidad de Sydney, que observó los tiempos y los movimientos de 40 médicos del servicio de urgencias de un hospital universitario de 400 camas durante 210,45 horas, en días hábiles. Uno de los datos globales distintivos advierte que los médicos sufrieron un promedio de 6,6 interrupciones por hora.
El trabajo, recientemente difundido a través del portal especializado Intramed, hace reflexionar sobre cómo ello puede influenciar en el paciente.
En este sentido, el estudio advierte: “Parecería que en ámbitos de gran actividad laboral, donde se sufren numerosas interrupciones, los médicos disminuyen el tiempo que tardan en cumplir sus tareas si experimentan interrupciones y pueden tardar más o no retomar una parte significativa de las tareas interrumpidas. También abrevian las tareas para compensar el tiempo perdido, lo que puede tener consecuencias importantes para la seguridad de los pacientes”.
Cabe aclarar que la investigación tomó como “interrupciones” aquellas situaciones en que el médico debió cortar su tarea para ocuparse de un estímulo externo; por ejemplo, cuando dejó de escribir una receta para responder la pregunta de un colega. En tanto que si el médico continuaba escribiendo la receta mientras respondía, la actividad se registró como tareas múltiples.
“Los médicos de urgencias que trabajan bajo presión intensa experimentan numerosas interrupciones y deben desempeñar múltiples tareas en forma simultánea. Su ámbito de trabajo es dinámico; se caracteriza por limitaciones de tiempo y de recursos; es decir que tienen mayor riesgo que otros profesionales de cometer errores”, señala el informe.
Frecuencia
Las interrupciones fueron más frecuentes durante la escritura de la historia clínica y otros registros. “Se produjeron interrupciones durante 47% de las tareas de resumen de alta y 40% de otras tareas de registro. Hubo menos interrupciones durante la comunicación profesional (5%) o las actividades sociales (2%)”, informaron los científicos.
Independientemente de cuántas fueron las interrupciones por hora, el efecto de su número sobre el tiempo dedicado a la tarea (TDT) fue el mismo; es decir, el TDT aumentó a medida que aumentaron las interrupciones.
Sin embargo -aclaran los investigadores- el promedio del TDT para las tareas interrumpidas fue significativamente menor que lo esperado cuando se tuvo en cuenta el sesgo según el tiempo demandado por ellas. En ese caso se halló que los médicos que sufrieron interrupciones finalizaron las tareas en menos tiempo que los que no fueron frenados por estímulos externos.
Atención
¡Shh!.. médico curando“Los resultados avalan la hipótesis de que las interrupciones, que son tan frecuentes en los ámbitos médicos muy atareados, pueden tener impacto negativo sobre la seguridad de los pacientes. Si las investigaciones ulteriores confirman estos datos, será necesario rediseñar los procesos del trabajo médico para reducir al mínimo estas interrupciones”, advirtieron los autores del estudio.
La notebook y el celular en el medio de la relación
“Los médicos nos equivocamos, estamos más propensos a cometer errores”, marca como primer punto el gerontólogo y autor del libro “Letra de médico” Carlos Presman cuando se lo consulta sobre la influencia de las interrupciones durante el ejercicio profesional.
“La tecnología se ha interpuesto entre el médico y el paciente, llegando a deshumanizar la relación. Yo antes llevaba mi notebook al consultorio, hasta que un día un paciente al que le iba escribiendo su historia clínica mientras me hablaba, me dijo: ‘¿va a estar con la computadora o me va a atender a mí?’ Desde ese momento la cerré. Al igual con el celular y los mensajitos: ahora se los dejo a mi secretaria durante el tiempo de las consultas”, enumeró entre las medidas para evitar cortes.
También advirtió sobre las multitareas que deben realizar por la reducción en los tiempos de los turnos de atención, llegando las grandes clínicas a exigir turnos cada 15 minutos. “Es como despachar en una cinta transportadora. Ni qué hablar en las guardias, cuando no hay camas, te llaman al celular, estás con la urgencia y tenés como cinco pacientes en la cabeza…”