El traumatólogo, quien integra el cuerpo encargado de seleccionar jueces y fiscales, señaló que existe un abismo profundo entre la justicia y la sociedad a la que se debe.
Roberto Lewis tiene 58 años, es chubutense, médico traumatólogo y consejero popular del Consejo de la Magistratura de Chubut, estamento que comparte con una docente, una estudiante de Derecho, un agricultor y un empresario, cuya integración completan representantes de abogados, magistrados, empleados judiciales y Superior Tribunal.
Días atrás, durante un encuentro de todos aquellos que se encargan de seleccionar a los jueces y fiscales en el país, fue contundente al referirse al perfil de juez que se necesita. “La sociedad argentina está pidiendo jueces que dejen de estar en el limbo para pasar a integrar la gran masa de los 40 millones de argentinos, formándose desde abajo, que puedan ir a cualquier supermercado como va cualquier argentino sin creer que tienen algún privilegio otorgado por vaya a saber quién, porque hay que recordar que, desde 1813, en nuestro país están abolidas estas cuestiones de castas, razas y demás realezas”, dijo.
En el marco de las Jornadas Nacionales del Foro Federal de Consejos de la Magistratura y Jurados de Enjuiciamiento (Fofecma), dialogó con Comercio y Justicia sobre este nuevo modelo con representación popular que sólo tienen Chubut y Corrientes.
“En 1994, con la reforma constitucional en la provincia, se incorpora con rango constitucional al Consejo de la Magistratura y deciden que éste sea con base parcialmente popular, lo que significa que, además de los estamentos del Poder Judicial, de abogados, asociaciones de magistrados y funcionarios, también se incorporaron a la manda constitucional un representante de los empleados judiciales y cinco representantes directos de las cinco circunscripciones judiciales”, detalló.
– ¿Qué le aporta esta representación popular?
– Quien no vea hoy en la sociedad argentina un abismo profundo entre la justicia y la sociedad a la que se debe, es porque evidentemente está mirando otra película. El consejero popular lo que intenta hacer es exponer otra mirada con respecto a la selección de disponer de la vida, de la hacienda o la libertad de los seres humanos, entonces vota totalmente despojado de toda cuestión corporativa. No pertenece ni a la carrera judicial, letrada o del derecho ni pertenece a los representantes de los empleados judiciales que tienen una relación jerárquica con muchos de los que después van a ser elegidos como sus jefes. Tampoco pertenece a la asociación de magistrados y funcionarios que están eligiendo a su propia “especie”, como tampoco pertenece a los letrados de colegios públicos de abogados, que están eligiendo a los que después decidirán sobre las sentencias que ellos mismos llevan. Por todo ello es que la base parcialmente popular que establece la Constitución de Chubut se convirtió ya en un modelo porque aquel juez que sea seleccionado con el aval de representantes populares está bendecido por el pueblo.
– Desde la visión popular ¿qué perfil de juez requiere el país?
– El perfil que hoy requiere, y que nunca debería haber perdido, es en primer lugar, el convencimiento de la independencia absoluta de los poderes. Basta ya de jueces dependientes de los ejecutivos o los legislativos. También requiere un fuerte compromiso con el sistema democrático y los derechos humanos porque lo que nos ha pasado como país nos enseñó que el respeto de los derechos humanos, de los pactos internacionales que ha firmado la República Argentina son esenciales para establecer, por lo menos, con un criterio de equidad e igualdad, esa justicia que tanto reclamamos o que tanto se pide. La justicia debe dejar de ser lenta porque si no pasa a ser nada más que un compromiso social parcial.
– ¿Cómo eligen a los consejeros populares?
– Somos elegidos por el voto directo por medio de los partidos políticos, en las elecciones concordantes cada dos años, con mandato por cuatro. Se eligen en las cinco circunscripciones judiciales que tienen sedes en las cinco principales ciudades. En el año 2009, cuando me tocó integrar la lista del Partido Justicialista, también se elegían en el mismo momento senadores y diputados. El Consejo de la Magistratura va en una boleta aparte de todo lo que es el estamento ejecutivo o legislativo. Ha ocurrido que hemos tenido consejeros populares de distinto signo político del gobierno que fue electo porque se vota más a la persona. Cada partido postula a su consejero, eso hace que la conformación sea absolutamente heterogénea. Tenemos plena autonomía para la voz y para el voto y tenemos el orgullo de tener casi cubierta en su totalidad la judicatura de la Provincia.
Exámenes
Resoluciones con tiempos fijosSegún precisó Lewis, los procesos de selección en Chubut se realizan con llamados mensuales para cubrir las distintas vacantes. El postulante rinde el examen, que consta de cuatro partes: antecedentes, prueba escrita, oral y “algo absolutamente novedoso, que es una entrevista coloquial donde se trata de ‘desarmar’ al postulante para ver si cumple con el perfil”. El proceso lleva dos días, luego se hace un orden de mérito y éste se somete a la votación del pleno Consejo de la Magistratura. Al tercer día se selecciona, en audiencia pública, a quien va a integrar la judicatura. Eso se envía a la Legislatura, que en un plazo de 30 días debe ratificar lo elaborado por el Consejo. Luego vuelve el pliego y se designa automáticamente para que cumpla la función (de juez, fiscal) para el que se había propuesto. Si la Legislatura no envía la notificación, el pleno de la Magistratura ratifica el orden de mérito.
“Hoy tenemos plazas para cubrir jueces, jueces penales y fiscales generales, en Comodoro Rivadavia. Para fiscales generales se exige tener, por lo menos, siete años en el ejercicio de la abogacía matriculada en cualquier lugar del país. En el caso de jueces penales, 10 años”, explicó.