viernes 22, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Índice Mundial de Pensiones: Argentina, en la penúltima posición en materia de ahorro

REALIDAD. Los empleados no pueden ahorrar para la jubilación si no están financieramente preparados para su día a día.
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Los resultados del informe ponen de relieve la necesidad de buscar estrategias para revertir ese panorama

Las medidas apuntadas al bienestar de las personas están tomando cada vez más relevancia en las empresas y convirtiéndose de este modo en elementos diferenciadores que favorecen la atracción y retención de talento. 

Según los resultados del Índice Mundial de Pensiones 2020, elaborado por Mercer y el CFA Institute, Argentina se encuentra en la anteúltima posición en materia de ahorro. Esto pone en evidencia la necesidad de buscar estrategias e invertir en el bienestar financiero de su fuerza laboral.

Los empleados no pueden ahorrar para la jubilación -o siquiera pensar en ahorrar- si no están financieramente preparados para su día a día. Si los empleadores quieren que sus trabajadores estén verdaderamente preparados para su retiro de la actividad, primero deben concentrarse en ayudarlos a mejorar su situación financiera.

¿Qué es el bienestar financiero?

Según Mercer, muchos empleadores equiparan la educación financiera con el bienestar financiero, pese a ello tener conocimiento sobre asuntos financieros no se traduce en mayor compromiso de los empleados o en una alta participación en programas financieros.

“El bienestar financiero implica un proceso integral; es aprender a administrar con éxito el dinero. Hace a la idea de tener objetivos financieros y un plan para conseguirlo, a tener confianza financiera para lograr una vida más productiva, comprometida y saludable tanto para sus empleados como para su entorno”, explica el informe.

Cuatro son los pilares que hacen a la noción de bienestar: control sobre finanzas cotidianas; capacidad de absorber un shock financiero; hacer un progreso real en los objetivos de mediano y largo plazo; y libertad financiera para tomar decisiones que permitan disfrutar de la vida.

Las personas necesitan primero tener control sobre sus finanzas diarias antes de que puedan calcular cuánto ahorrar. Adquirido, ese control estarán preparados para trabajar sobre los imprevistos y superar un posible shock financiero.

Una vez que puedan establecer y mantener presupuestos, entonces estarán listos para planificar tanto objetivos tanto a corto o mediano plazos -por ejemplo, viajar- como a largo plazo, tales como su retiro.

“Esta secuencia es de suma importancia, es la que luego les permitirá alcanzar su libertad financiera”, expresó Clara Estevarena, de Mercer.

Impacto del bienestar financiero en la fuerza laboral

El último estudio de Mercer sobre el impacto del bienestar financiero en las empresas tuvo los siguientes resultados: 

Diferencias significativas en la percepción entre hombres y mujeres: los hombres se perciben mejor financieramente que las mujeres. Éstas tienen menos confianza en su capacidad para tomar decisiones financieras, lo que hace que les resulte aún más difícil dar los pasos necesarios para lograr su libertad financiera.

Mensualmente, los empleados destinan 20 horas de su tiempo laboral a preocuparse por su situación financiera. “Estos resultados fueron producto de las encuestas realizadas en Canadá, lo que lleva a pensar que, en un país como Argentina, con la coyuntura política y económica por la que se ve impactado nuestro país, estos resultados representen un estrés mayor para los empleados y por consiguientes un incremento en horas laborales destinadas a preocuparse su situación financiera”, indicó la consultora en un comunicado.

El éxito de los programas de bienestar financiero proporcionados por el empleador, medidos por el compromiso y la participación, se correlacionan con la confianza de un empleado en su empleador. En este sentido, 79% de los empleados encuestados indicó que confía en sus empleadores para “dar consejos sólidos e independientes sobre planificación, ahorro e inversión”.

Los empleados de 50 años o más, en su mayoría, no tienen una estrategia de ahorro para su retiro, lo que genera que retrasen su jubilación o bien no puedan acceder a ella.

Existe una fuerte correlación entre la salud financiera y física: cuanto más estresados estén los empleados más probabilidades hay de que no se involucren en sus trabajos, derivando ello en ausentismo por problemas de salud.

La falta de control no se correlaciona con la alfabetización: los empleados mejor pagos generalmente se consideran mucho más “alfabetizados” financieramente que los que ganan menos dinero.

Asimismo, suele ocurrir que, cuanto más gana la gente, mayor es su nivel de vida y los costos necesarios para mantenerlo, por lo que a medida que aumentan sus ingresos, aumentan sus dificultades para pagar los gastos recurrentes, reducir su deuda y ahorrar para la jubilación. Muestra de ello es que nueve por ciento de los líderes principales manifestó la necesidad de pedir dinero prestado para llegar a fin de mes, en comparación con sólo tres por ciento de los empleados de oficina y producción.

Los resultados a los que arribó Mercer revelaron que es muy probable que aquellos empleados con un bajo nivel de bienestar financiero no presten atención a las características y beneficios provistos por sus empleadores.

“Esto inevitablemente hará que, en el corto plazo, la propuesta de valor ofrecida por las compañías disminuya su atractivo y se dificulte la tarea de retener y atraer talento”, expresó Estevarena. [/privado]

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