El 60% de los adolescentes consultados para un estudio fonoaudiológico es “adicto” a la música alta porque se expone a ese tipo de práctica en forma habitual, a pesar de que 72% de los encuestados reconoce que los ruidos son nocivos.
El trabajo fue elaborado por la Comisión de Ecología del Colegio de Fonoaudiólogos, Regional La Plata, en una encuesta entre casi 300 alumnos de entre 15 y 17 años de varios establecimientos educativos.
El estudio, coordinado por las fonoaudiólogas Silvia Bermúdez y Noelia Gwozdz, determina que estas prácticas entre chicos y jóvenes provocan hipoacusias (25% de los casos consultados), aturdimiento (en el 40% de los casos) y agotamiento entre otras dificultades planteadas por los encuestados.
“Los jóvenes escuchan sus equipos electrónicos con volumen alto porque es una moda y en las encuestas resulta evidente que a pesar de que un alto porcentaje de los interrogados reconoce que el ruido es dañino, admite que igualmente escucha la música alta”, dijo Bermúdez.
En riesgo
Los adolescentes y jóvenes, por sus costumbres, son un grupo de riesgo por el uso de MP3/4, Ipod, la asistencia frecuente a los boliches bailables y conciertos electrónicos.
Las consecuencias que la contaminación acústica causan en la salud trastornos auditivos y de la voz,y alteraciones fisiológicas (hormonales, cardiovasculares, respiratorias, digestivas, etcétera).