En estos últimos años, el servicio del Hospital de Niños incluyó la atención y el tratamiento infantil de la rama de la enfermedad inmunológica.
Ya llevan atendidos 150 casos de chicos con falta o deficiencia de anticuerpos e inmunodeficiencia combinada severa. Quienes nacen con esta enfermedad tienen un sistema inmunológico muy deficiente.
En este sentido, Orellana describió que, gracias a los aportes de la biología molecular, se empezaron a aportar datos sobre un grupo importante de patologías que hasta hace muy poco se llamaban “enfermedades raras”, que eran inmunodeficiencias primarias que tenían una frecuencia relativa de 1 cada 20.000 recién nacidos vivos. “Hoy (esta relación) ya está en 1 cada 10.000 y algunas inmunodeficiencias menos graves están en 1 en 1.000. Esto, porque empezó a conocerse más, a detectar más y empezó a difundirse más”, explicó el jefe del servicio.
Con orgullo distinguió que este año tuvieron el primer paciente con inmunodeficiencia combinada severa trasplantado. “Es un cuadro clínico por el cual la mayoría de los niños morían, hasta hace poco. Se lo transplantó de médula osea, tenía un hermanito donante con un médula ósea muy compatible y ese transplante le permitió que sobreviviera”, explicó.