Casi un 20% de las personas en situación de discapacidad en Argentina atraviesa el aislamiento sin realizar actividades terapéuticas o recreativas y solo el 46% posee ingresos económicos suficientes para garantizarse los recursos básicos.Los datos fueron relevados por un equipo de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC, a través de una encuesta virtual realizada en 18 provincias del país.
El 26 de marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó un documento con una serie de recomendaciones –en relación a la pandemia de COVID-19–para personas en situación de discapacidad. Se trata de un grupo de riesgo, ya que en general puede acarrear enfermedades crónicas o condiciones críticas que aumentan su vulnerabilidad ante un posible contagio. Además, en ciertos casos pueden tener dificultades para implementar medidas preventivas básicas de higiene, ya que necesitan tocar más superficies para moverse o requieren apoyos adicionales que dificultan mantener el distanciamiento social.
Las medidas propuesta en el documento de la OMS están organizadas en cuatro grandes lineamientos de acción: reducir la posible exposición al COVID-19; poner en marcha un plan para asegurar la continuidad de la atención necesaria; preparar a los integrantes del hogar en caso de que la persona con discapacidad contraiga la enfermedad; y atender la salud mental de los integrantes del hogar y los cuidadores.
Para identificar si esas sugerencias estaban pudiendo ser aplicadas en Argentina, investigadores del Instituto de Investigaciones Clínicas y Epidemiológicas (INICyE) de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC realizaron una encuesta a 309 personas, de 18 provincias, durante abril de 2020.
“Los datos relevados indican que un tercio (33,33%) de las personas en situación de discapacidad carece de los cuidadores necesarios. Y que casi el 20% atraviesa el período de asilamiento sin poder realizar actividades educativas o terapéuticas”, dio a conocer la Agencia UNCiencia.
Abandono
“Es preocupante que haya tantas personas necesitando de cuidadores, acompañamiento y contención familiar. También que no realicen actividades terapéuticas o recreativas, porque puede hablar de un abandono que existe por parte de la sociedad en este grupo. Creo que el aislamiento debido a la pandemia, agrava una realidad frecuente en este grupo”, analiza Mercedes Ruiz Brunner, integrante del equipo de investigación.
“El aislamiento agrava el abandono y las barreras que ya tienen muchas de las personas con discapacidad. Resultaría positivo fortalecer las redes y lazos ,entre ellas, sus familias o cuidadores y la comunidad, para pensar en alternativas ante esta situación y en lo cotidiano. Se debe hacer un acompañamiento mayor a los grupos de riesgo, para evitar que deban salir y exponerse”, completa Ruiz Brunner.