“El imperativo del presente es que el incesante avance tecnológico no deprecie la dignidad humana”, sostiene Daniela González, directora de la Sala de Bioética del Colegio de Abogados.
Varios de los puntos que incluye el anteproyecto de reforma del Código Civil abren en el país un debate sobre bioética y la salud, un campo atravesado hoy por el análisis jurídico. La maternidad subrogada (por vientre subrogado), la consideración de que los embriones sólo se considerarán “persona humana” luego de su implantación en el útero por métodos de fertilización asistida, y no aquellos que todavía se preservan congelados, son algunos de los puntos que hoy están bajo la lupa de los especialistas.
Para conocer más de este campo, Comercio y Justicia consultó a Daniela González, quien desde 2009 dirige la Sala de Bioética del Colegio de Abogados, la que hoy se encuentra analizando los puntos que contempla el mencionado anteproyecto.
Si bien el debate es arduo y aún no hay un dictamen listo, González adelanta que actualmente existe un “vacío legal” respecto a estos temas y que la nueva normativa del proyecto intenta dar una respuesta. “El desafío es que ella sea a la medida de la dignidad humana y con respeto de la pluralidad que como sociedad tenemos”, subraya.
“Un Código Civil que perdura es aquel que resulta de la traducción al Derecho de la realidad y modos de ser de una sociedad determinada. No sólo de la actual sino también de la por venir”, agrega.
La abogada, quien también se desempeña como tal en el Hospital Aeronáutico Córdoba, dio su visión sobre los temas que hoy emergen en un terreno tan dinámico, atado a los avances científicos y tecnológicos.
– ¿Cómo describe el panorama en cuanto a las cuestiones jurídicas actuales de la bioética y la salud?
– Bioética y salud son dos aspectos distintos pero confluyentes en lo que hace a la dignidad del ser humano. Estamos, en ambas cuestiones, frente a un proceso dinámico en que los paradigmas tradicionales han sido puestos en crisis y aparecen otros nuevos, aun en discusión.
En lo relativo a bioética, el imperativo del presente es que el incesante avance tecnológico no deprecie la dignidad humana. En materia de salud existe un cambio social y cultural que incide sobre lo médico, en donde el enfoque no es ya más desde el paternalismo médico o autoritarismo médico sino de situar al paciente ya no sólo como centro del acto médico sino como coprotagonista necesario de éste, desde una dimensión puramente personal, subjetiva, acientífica, haciéndose hincapié en uno de los principios nodales de la bioética como es la “autonomía de la voluntad.”
-¿Qué inconvenientes jurídicos se plantean más frecuentemente a la gente en esta materia?
-Respecto de la bioética, que las personas destinatarias de sus principios los sepan y ejerzan, y desde quienes se hallan obligados a cumplirlos, que los materialicen a conciencia. En cuanto al derecho a la salud, que los servicios sanitarios primarios sean realmente universales, y respecto de los de mayor complejidad, que sean accesibles para la mayor cantidad de personas que los necesiten, removiendo barreras expresas o implícitas tanto económicas, como geográficas o culturales.
– ¿Cómo pueden protegerse ese tipo de derechos en caso de ser desconocidos?
– El derecho procesal de la salud está en ciernes pero aun así exhibe una multiplicidad de medios, tanto judiciales como administrativos, para acceder a una determinada prestación de salud que sea de necesidad, que va desde el simple reclamo hasta acciones complejas como el amparo de salud o la autosatisfactiva. Esta diversidad y los continuos cambios en la materia implican, también, que en el ámbito de los letrados el asesoramiento adquiera un carácter especializado. No son pocas las veces en que la falta de dominio de la materia ha conducido, sin querer, a situaciones de desprotección frente a situaciones críticas de salud.