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Un clima laboral agradable es una de las mejores inversiones que las empresas pueden hacer en un programa de desarrollo a largo plazo.
En el ámbito productivo local, el clima laboral y, por ende, el mundo de emociones en el trabajo, puede influir notablemente sobre el rendimiento general desde 20% a 30%. Traducido de otro modo, podría decirse que la gente feliz entrega lo mejor de sí para lograr los mejores resultados.
Por Juan José Zohil* – Exclusivo para Comercio y Justicia
El cordobés en relación de dependencia, valora mucho este aspecto y, en ocasiones, estos indicadores influyen significativamente en la retención de talentos y en el aumento del sentimiento de pertenencia grupal; hasta en algunos casos más allá de las cifras salariales propiamente dichas u otros incentivos cuantificables económicamente. Es por ello que las empresas locales deben buscar constantemente identificar aquellas oportunidades de mejoras y puntos fuertes para lograr una óptima satisfacción entre la organización y su gente.
En otras palabras, la empresa debe custodiar el concepto de un buen clima laboral en todo momento y, en particular, estar atenta cuando existan importantes cambios internos o externos, pensando en el clima de trabajo como un capital para el desarrollo sustentable de los proyectos empresariales en nuestro complejo contexto.
Algunos de los factores a los que se deben prestar atención, y que pueden alterar el ánimo de la gente, son:
Reestructuras del organigrama: aquí se alude a los cambios no consensuados de los puestos de trabajo sin previo aviso y, en particular, a las recategorizaciones de las aéreas sin los debidos procesos de acomodación interna.
Cambios en el entorno: las alteraciones económicas pueden generar contextos turbulentos a los que se debe estar muy atentos.
Acciones de la competencia: las fuertes campañas publicitarias o la creación de nuevos productos innovadores de la competencia, pueden generar cierto sentimiento de inestabilidad individual y colectivo.
Reducción de costos: siempre los ajustes internos que hacen referencia a los costos generan mal humor, ya que nadie ve con buenos ojos las limitaciones de acción que puedan generar tales reducciones.
Falta de capacitación: es muy importante mantener al personal capacitado, de manera que puedan apoyarse en herramientas sólidas como ventaja competitiva sobre las empresas que conforman la competencia. Y esto no significa tomar todos los cursos existentes en el mercado sino de decidir específicamente los temas a tratar. En algunos casos, la eliminación de los cursos de capacitación suele ser consecuencias de la reducción de costos, generando una doble fuente de angustia e insatisfacción.
En este sentido, se debe considerar que las personas aprecian el lugar de trabajo que les pueda facilitar espacios de realización personal y sana convivencia; en donde puedan canalizar sus inquietudes y, por ende, ser valorados por sus ideas y desempeño.
Pero además del buen desarrollo individual, influyen notablemente en el clima laboral los parámetros de realización grupal, por medio de los cuales las personas puedan mantener una relación satisfactoria con sus compañeros en busca de alcanzar los mismos objetivos.
* Consultor de Zohil y Asociados, [email protected]
