El año 2021 pone sobre la mesa educativa las brechas digitales y las desigualdades sostenidas

“Este año nos vuelve a interpelar con relación a las nuevas formas de pensar el proceso de enseñanza, que no sólo será pedagógico sino también tecnológico, para poder implicar acciones didácticas, estrategias y materiales en estos nuevos escenarios”, advirtió María Salomón, presidente del Colegio de Psicopedagogos de Córdoba

La experiencia educativa en la virtualidad durante 2020 y la proyección para 2021 de un marco dual, con parte de presencialidad, obliga a repensar los procesos de enseñanza y aprendizaje para este año. ¿Qué lecciones dejó la pandemia, qué realidades desnudó y cómo se puede encarar en el nuevo ciclo lectivo? El análisis de María Salomón, presidente del Colegio de Psicopedagogos de Córdoba, especialista en Currículum y Prácticas Escolares en Contexto e integrante de la Comisión Científica de la Federación Argentina de Psicopedagogos. [privado]

A raíz de los aprendizajes que dejó 2020, ¿cómo organizar una enseñanza en modalidad híbrida para este año?

La situación actual ha develado la necesidad de hacer la escuela desde otro lugar, con otras miradas que logren alojar de una vez por todas a las diversas trayectorias escolares que recorren cada espacio en las instituciones de todos los niveles.

A lo largo del ciclo lectivo de 2020 hemos visto las desigualdades educativas, algo que los que trabajamos en instituciones sabíamos pero se hizo visible y se materializó para gran parte de la sociedad. Entonces la pregunta sería pensando en las desigualdades educativas, las inequidades estructurales y las desigualdades del acceso a la educación a través de los nuevos formatos digitales. ¿Cómo construir un currículum que incluya a todos y todas y que, a la vez, les enseñe a construir conocimiento y a desenvolverse con los contenidos de la web cuando una gran franja no tiene acceso a dispositivos tecnológicos y sus familias no cuentan ni con recursos materiales ni recursos simbólicos para acompañar trayectos educativos?

Por lo tanto, si la situación continúa y las clases, sobre todo en los niveles Inicial, Primario y Secundario, se van a presentar bimodales, ¿cómo posicionar la enseñanza para que se continúe con la construcción de conocimientos, cómo acompañar el oficio de estudiante sin producir o prolongar quiebres en el aprender?

"Se van a garantizar los 180 días de clases en un marco dual”

Nicolás Trotta, ministro de Educación de la Nación, ayer en Salta.

La llamada brecha digital que se vio muy marcada el año pasado, no es sólo no contar con dispositivos, conectividad, etcétera, sino contar con capacidades para desarrollar lo que él o la docente plasma como actividades a través de dispositivos y plataformas que para la mayoría de los y las estudiantes aparecieron por primera vez. La brecha es una brecha de desigualdad sostenida por distintos motivos; por ello, las políticas educativas deberían reducir la brecha en el acceso a las tecnología para poder disminuir las barreras de acceder al conocimiento, no sólo pedagógico sino también reducir las diferencias simbólicas.

Los docentes entendieron, transcurriendo los meses, que la virtualidad dejó de ser una herramienta para constituirse en contexto de aprendizaje, como marca la licenciada en Ciencias de la Educación y doctora en Psicología Flavia Terigi: “Éstas no son nuestras clases, la virtualidad –insisto– no es una herramienta, es un contexto”.

¿Cómo observan ahora el proceso de enseñanza?

El año 2021 nos vuelve a interpelar en relación con las nuevas formas de pensar el proceso de enseñanza, que no sólo será pedagógico sino también tecnológico, para poder implicar acciones didácticas, estrategias y materiales en estos nuevos escenarios, “salones de clases virtuales” donde los y las estudiantes continuarán sus aprendizajes en tiempos y espacios muy diferentes al aula, pero siempre sostenidos desde el lazo educativo que cada docente y profesor y profesora establece para sostener el vínculo tan importante para que el aprendizaje advenga.

La acción educativa, la enseñanza bimodal en todos los niveles del sistema educativo debe estar pensada y diseñada para sostener aquélla, y se ha visto reflejado en el ciclo 2020 la importancia de la formación docente continua en nuevas tecnologías y nuevos formatos digitales para dar las clases y realizar el seguimiento mediante la evaluación retroalimentativa.

La enseñanza bimodal da lugar a deconstruir las prácticas docentes, se deberán diseñar las clases como un continuo en el que la tecnología ayude a mejorar la enseñanza, tratando de distribuir el tiempo con clases sincrónicas y asincrónicas sin que afecte, como pasó el año pasado, el exceso de trabajo.

¿Qué contenidos y actividades priorizar en el próximo ciclo escolar teniendo en cuenta que algunas metas no se lograron por la virtualidad?

El ciclo lectivo 2020 fue posibilitado, porque nunca se dejó de enseñar, gracias al trabajo colectivo de cada docente junto a la gestión directiva, los equipos de orientación escolar (EOE), supervisores, supervisoras y las familias, quienes de manera profesional realizaron el seguimiento continuo de cada trayectoria escolar de manera articulada, sistemática, pudiendo garantizar de esta manera la enseñanza y el aprendizaje remoto. Cada docente responsable de su tarea fortaleció los vínculos a la distancia y configuró nuevas formas de enseñar, priorizando contenidos relevantes de cada ciclo para mantener en el 2021 la continuidad pedagógica. Las y los docentes, bajo lineamientos que presentó la Provincia, tuvieron en cuenta el contexto para seleccionar esos contenidos articulados con las diferentes capacidades, plasmados en los acuerdos institucionales.

Con respecto a los contenidos a priorizar en este año, el Consejo Federal de Educación fundamenta en la resolución N° 363/2020 “(…) el currículum, con vistas a la priorización y reorganización de saberes, la diversificación de las estrategias de enseñanza y metas de aprendizaje; la revisión de tiempos y recursos complementarios y propuestas didácticas de intensificación de la enseñanza que combinen trabajo en la escuela y en el hogar en el marco de los calendarios establecidos (...)”.

Por ende, deberán priorizarse los contenidos de cada disciplina, sus núcleos centrales en los que la formación artística, tecnológica y corporal, al igual que los contenidos que son transversales, deben estar presentes; y profundizar aquellos que son importantes.

Por ello debemos pensar hacia el interior de cada escuela: ¿cómo sostener una pedagogía que convoque al diálogo, en una actitud de escucha frente al otro, que nos permita abrir nuevos caminos para pensar la enseñanza? Es el aprendizaje el eje que debe guiar la toma de decisiones sobre qué, cómo y cuándo enseñar, teniendo en cuenta la geografía escolar y la de los y las estudiantes.

¿Cómo se puede trabajar con los alumnos que tuvieron nula o baja conexión con las actividades de la escuela en 2020?

El ciclo lectivo 2021 nos espera con una gran diversidad de trayectorias que han recorrido de manera diferente el año anterior, experiencias educativas que se deberá tener muy en cuenta sobre todo aquellos estudiantes que no han podido aprender asiduamente por diferentes causas y que los posicionan como punta de partida con muchas desventajas.

Muy importantes son las evidencias de aprendizajes que cuentan los y las docentes para a partir de allí evaluar la trayectoria de esos estudiantes, para que en los momentos de presencialidad se prioricen contenidos para luego transformarse en saberes aprendidos, y que puedan ser continuados en el hogar, donde las explicaciones docentes sean los andamios necesarios para construir y sostener los aprendizajes en el contexto diario.

Las acciones educativas de revincular a aquellos estudiantes con conexión nula o baja deben ser de inmediato, ofreciéndoles para el hogar materiales concretos, disposición de accesos a distintos portadores de textos, propuestas que integren el juego, materiales reciclables que cuenten en sus casas, es decir; el foco siempre debe estar puesto en el aprendizaje que lleve al estudiante a ser crítico, creativo y autónomo.

¿Los psicopedagogos "redefinieron" su rol en 2020, con vistas a 2021?

El tiempo de aislamiento hizo que cada psicopedagoga o psicopedagogo pusiera en juego un proceso de deconstrucción de las prácticas y de las intervenciones que antes de la situación que estamos viviendo estaban planificadas de un modo tal que se configuraban de una manera distinta. La novedad como instancia de deconstrucción nos ha permitido pensar y autoevaluarnos para establecer propósitos educativos y objetivos terapéuticos con sentidos en contextos, en los territorios reales que habitan quienes acompañamos, sobre todo en el ámbito de educación y de salud.

El 2021 nos encuentra de otra manera por la experiencia vivida, todos y todas nos hemos formado en el trabajo teleasitido, proponiendo y habilitando el consultorio desde lo virtual, acompañando a las familias, a los y las docentes de otro modo, pero siempre desde la ética profesional.

Ser psicopedagoga, psicopedagogo, en tiempos complejos interpeló continuamente nuestras prácticas para poder volver a hacer que ellas sean portadoras de nuevos significados; la relación que cada uno establezca con el aprendizaje, que es el que da sentido a nuestra disciplina, debe ser con el otro un encuentro, una relación transformadora de lo social, en la línea de justicia, equidad social. Siempre vamos al encuentro de ese otro porque el aprender nos convoca, nos interpela, nos pone pausa, en un contexto social que, en tanto complejo, hoy más que nunca miramos formas de aprender singulares. [/privado]

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