El promedio de horas dormidas es seis, 25% menos que hace 40 años, y esto trae profundas consecuencias en la calidad de vida y en la salud de las personas.
Aproximadamente 25% de los argentinos padece de “problemas severos del sueño” y 50% tiene “algún inconveniente” para dormir, según informaron los científicos del Laboratorio de Neurociencias y Fisiología de la Universidad Católica Argentina (UCA), en el marco de la primera Semana del Sueño.
En promedio, los argentinos duermen seis horas, 25% menos que hace 40 años, y ello trae profundas consecuencias en la calidad de vida y en la salud de las personas.
“Cambia la forma en que respiramos y hasta la manera que late nuestro corazón. Y las alteraciones prolongadas en la cantidad o calidad de sueño se asocian con la aparición de distintas enfermedades, como obesidad, diabetes, e hipertensión”, señala Daniel Vigo, investigador de Conicet en el mencionado laboratorio. Además, la ausencia de sueño disminuye el rendimiento y la concentración laboral durante el día y expone a las personas a un mayor riesgo de accidentes.
Los estudios señalan que, luego de seis horas de haber iniciado el día, dormir un máximo de 40 minutos puede servir como nuevo comienzo para el cuerpo y la cabeza.
“El bajón del grado de alerta se da a las seis horas de estar despierto, pero estar descansado, además de ser saludable, mejora la productividad. Por eso en muchas empresas las áreas de Recursos Humanos buscan que sus empleados tomen una siesta”, explica Daniel Leytaud, organizador de la “Semana del sueño” y responsable de Selfishness “siestario”.