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Definiciones y advertencias de riesgos en las miradas del director de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Javier Moreira Slepoy, y de Daniel Zovatto, analista de política internacional, director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe
No cesan los análisis de la comunidad internacional luego de los graves incidentes que protagonizaron fanáticos bolsonaristas, quienes asaltaron los edificios de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial de Brasil para exigir que las fuerzas armadas derroquen al presidente Lula da Silva.
Para entender qué está pasando en el vecino país, dos miradas de especialistas. El director de la Licenciatura en Ciencia Política de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Javier Moreira Slepoy, y el analista de política internacional, director regional de IDEA Internacional para América Latina y el Caribe, Daniel Zovatto, analizan para Comercio y Justicia algunos puntos claves.
¿Se trató de un intento de golpe de Estado?
Los especialistas califican diferente lo ocurrido el pasado domingo en Brasil.
Para Moreira Slepoy, hay que caracterizarlo como un intento de golpe de Estado bajo un formato novedoso, no clásico, al que estamos acostumbrados desde hace 40 años, con los ejércitos movilizándose y tomando el resto de las instituciones estatales.
“Lo que se está viendo en los últimos años es este tipo de golpes de Estado desde la sociedad civil, lo que pasó con Trump en Estados Unidos, lo que pasó en Brasil el domingo; en Bolivia quizá el formato es distinto pero el resto de las experiencias recientes de intentos de golpes de Estado ha sido distinta. (Al de Brasil) hay que caracterizarlo como un golpe de Estado, se ha intentado desplazar un gobierno legítimamente elegido tratando de promover que el resto de la sociedad civil se pliegue a esa demanda y apelando a las fuerzas armadas -que finalmente no se movilizaron- para interrumpir. En ese sentido, desde mi punto de vista, si es un golpe de Estado”, afirmó.
En tanto, para Zovatto, se trató de “una insurrección que buscaba el ataque a las tres principales instituciones de la democracia brasileña, léase el Ejecutivo, el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (que sería la corte suprema), generar una situación de caos que abriese la puerta a una intervención militar, que es lo que este sector de extrema derecha, cercano al bolsonarismo, vino pidiendo con estas manifestaciones desde que Lula ganó la elección, y con los asentamientos fuera de los cuarteles pidiendo que los militares impidiesen que Lula tomase posesión”.
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