Noventa y cinco por ciento de los pacientes que tuvieron coronavirus desarrolló anticuerpos a los 45 días de haber comenzado con los síntomas; más de 90 por ciento, después de la tercera semana, y 35 por ciento después de los siete días, según un estudio realizado por investigadores e investigadoras de la Fundación Instituto Leloir (FIL) y del Conicet, publicado ayer en una revista científica.
Los resultados surgen del análisis de más de 3.000 muestras de personas infectadas en el país con manifestaciones severas, leves y asintomáticas estudiadas con los test serológicos Cividar IgG e IgM, que estas y estos científicos habían desarrollado con anterioridad en asociación con el Laboratorio Lemos.
La investigación, publicada en la revista científica PLOS Pathogens, “mostró que en más de 90 por ciento de los casos positivos se detectan anticuerpos a partir de la tercera semana desde el inicio de los síntomas, y que se llega al 95 por ciento después de los 45 días; en algunos casos la aparición de anticuerpos es tardía y en un cinco por ciento las infecciones transcurren sin detectarse anticuerpos”, explicó Andrea Gamarnik, directora del estudio, jefa del Laboratorio de Virología Molecular de la FIL e investigadora superior del Conicet.
Gamarnik describió que “hay diferentes tipos de anticuerpos; una parte de ellos son los que tienen efectos protectores o ‘neutralizantes’ porque impiden que el virus infecte la célula; la presencia de esos anticuerpos -que son los IgG- podrían impedir las reinfecciones y serían los que tienen poder terapéutico en los plasmas de convalecientes”.
La investigación logró arribar a varias conclusiones: al medir los niveles de anticuerpos IgG e IgM a lo largo del tiempo en 100 individuos infectados, se observó que “en la mayoría de los casos la aparición de los dos anticuerpos ocurre en forma simultánea”.
El análisis de más de 500 plasmas reveló que 72% tiene niveles de anticuerpos aptos para donaciones.
En el estudio participaron, además, los becarios Horacio Martín Pallarés, Guadalupe Costa Navarro y Lautaro Sánchez; y los investigadores Marcelo Yanovsky, Julio Caramelo y Sergio Villordo, de la FIL y el Conicet; Jorge Carradori, del Laboratorio Lemos; Diego Álvarez, de la Unsam y del Conicet; Marcela Echavarría, de Cemic y Conicet; y colaboradores de la Facultad Icahn de Medicina en Mount Sinaí, Nueva York, Estados Unidos.