El nuevo secretario de Políticas Universitarias de la Nación, Oscar Alpa, y el rector de la Universidad Nacional de Córdoba, Hugo Juri, reflexionaron sobre la educación superior del futuro. La pandemia visibilizó oportunidades para acelerar procesos de transformación. Señalaron que se requieren cambios culturales y acuerdos de las casas de altos estudios del país
El futuro de la educación superior en Argentina es tema de agenda de Oscar Alpa (OA), quien acaba de asumir como secretario de Políticas Universitarias en el equipo del nuevo ministro de Educación de la Nación, Jaime Perczyk. Esta semana se reunió con el rector de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC), Hugo Juri (HJ), con quien abordó múltiples aristas relativas a pospandemia.
– ¿Cuál es la universidad del futuro que están avizorando para el país, teniendo en cuenta la experiencia de la pandemia y también más allá de ella?
– OA. Hoy en la universidad estamos pensando en el futuro. Pero es cierto que la pandemia nos hizo ver muchas cosas que existían antes y tenemos que aprovechar que ante una crisis hay oportunidades. La pospandemia es una oportunidad para revisarnos y pensar la universidad del futuro. Como hemos hablado con muchas universidades, en pandemia tuvimos mayor cantidad de graduados, mayor cantidad de inscriptos, entonces algo pasó. Las universidades nos adaptamos rápidamente, siempre sabiendo que fue algo en emergencia, que seguramente algo planificado lo hubiéramos hecho quizá distinto.
Pero la verdad es que las universidades estuvieron abiertas, nos virtualizamos en emergencia y sabemos que la presencialidad para muchas cosas es importante, para la relación social, para la práctica, para laboratorio, campo, agronomía, veterinaria, pero también la virtualidad nos dio una oportunidad para, por ejemplo, tener récord de egresados. Eso quiere decir que había chicos que no podían cursar porque estaban trabajando, porque tenían su familia, porque les faltaban poquitas materias y se fueron del lugar donde estaban estudiando y no podían terminarlas. Ésta es una realidad que es la universidad del futuro que tenemos que pensar.
– La virtualización dejó también al descubierto necesidades, tanto tecnológicas, de presupuesto, como de transformación de los docentes en cuestiones pedagógicas diferentes, frente a un alumnado nativo digital que expresó estas deficiencias. ¿Qué se piensa sobre estos puntos de cara al futuro?
HJ – Tenemos un campus virtual nacional de cuando Jaime Perczyk era secretario de Políticas Universitarias y, por ejemplo, en la UNC todo docente que quiso, tomó el curso de formación docente para la virtualidad que dimos a través del campus virtual nacional.
La gente a veces se olvida de que hemos estado en pandemia, todo el mundo vive quejándose en la Argentina, pero lo que hay que pensar a veces es qué es lo que uno puede hacer. El centro de esto no es la virtualidad sino que la virtualidad es una herramienta más de lo que estamos planteando, que es acompañar la sociedad con todos los cambios que estamos viviendo en el siglo 21. La virtualidad es uno, los docentes están preparados, sabemos que hubo problemas de conectividad, en eso está trabajando el Estado nacional. Por la base que tenemos de las universidades públicas en Ciencia, Tecnología, Educación, de tantos años, están todas las herramientas para ayudar a nuestro país a competir internacionalmente de la mejor manera.
– ¿Cuáles son las otras herramientas?
OA- Tenemos que intensificar todo lo que son los intercambios y que tengamos en cuenta la realidad internacional y nacional, que podamos pensar un sistema universitario que puedan estar cursando en una universidad, en otra, en distintas facultades, y que se vayan adaptando de acuerdo a la realidad. Tenemos que pensar en algo mucho más ágil este tema del sistema de integración desde el punto de vista de redes de las universidades, de pensar carreras que se vayan actualizando y formando con algún sistema, se llame “de créditos” o de algún otro formato, pero que sea identificable que alguien puede cambiar o cursar materias en una universidad, o en otra, o dentro de la misma universidad.
– ¿Cuán lejos estamos de instaurar un “sistema de créditos” en las universidades del país?
OA- No creo que estemos muy lejos, lo que tenemos es que discutirlo y hacerlo rápidamente, pensarlo y pensar qué incluye. Cuando hablamos de la duración de las carreras, qué mide ese crédito, qué miden esas horas, que no sea sólo de estar frente al docente sino lo que implica estar estudiando, haciendo las prácticas, eso es lo que tenemos que trabajar rápidamente y transformarlo en algún sistema que sea visible. No estamos lejos si nos ponemos de acuerdo, esta pandemia nos hizo ver muchas cosas que estaban, que existían, y que lo podemos hacer.
– ¿Cómo se operativizan esos acuerdos?
HJ- Las universidades son autónomas y con el presidente del Consejo Interuniversitario Nacional armamos el acuerdo por sistema de créditos de reconocimiento mutuo entre Córdoba y Jujuy e inmediatamente se sumaron todas las agropecuarias del país y se reconocen mutuamente por el sistema de créditos y ahora están por sumarse las universidades del Mercosur ampliado.
Creo que el principal problema es cultural de una estructura que tiene al menos 200, 300 años de la universidad napoleónica. Los estudiantes son del siglo 21 y la pandemia hizo que la gente entendiera qué era el teletrabajo, la telemedicina, la teleeducación, pero no sólo por la virtualidad sino por la flexibilidad para la multidisciplina. En la universidad nacional tenemos 4.000 asignaturas diferentes y tenemos sólo dos carreras de más de una facultad, una es de hace 20 años y otra se está estructurando. Lo que estamos hablando con el secretario de Políticas Universitarias es sobre un plan de ocupación territorial de toda la Argentina y que seguramente, porque es interés del secretario y el ministro de Educación, se va a lograr.