La importancia de un entorno social agradable en el trabajo, junto a la posibilidad de contar con procesos de desarrollo personal justos y equitativos, se constituyen hoy en uno de los pilares básicos para conformar y sostener un equipo de trabajo sólido y eficaz.
Por Juan José Zohil* – Exclusivo para Comercio y Justicia
Pero no debemos olvidar que el clima laboral forma parte de una construcción colectiva, que deviene de las relaciones que tienen las personas en y con la organización en la que desempeñan, en relación con sus superiores, sus pares y el entorno físico y social que ofrece el ámbito de trabajo.
Es por eso que nos referimos a este aspecto como producto de un fenómeno grupal, en el cual se pone en juego un conjunto de percepciones que las personas tienen del trabajo. Todos los que trabajamos atribuimos significados a éste, a partir de los cuales tomamos decisiones y referencias para proyectarnos como sujetos dentro y fuera de un determinado ámbito laboral. Es por ello también, como señalamos en un artículo anterior, que el clima puede ser un elemento clave para atraer y retener talentos en la organización.
En resumen, un buen o mal clima organizacional tendrá consecuencias que impactarán de manera positiva o negativa en el funcionamiento de la empresa. En un clima organizacional deficiente se pueden detectar los siguientes síntomas negativos:
– Sabotajes en el proceso de las líneas de producción y/o los productos finales.
– Alta rotación del personal en los diferentes puestos y renuncias sin explicación aparente.
– Impuntualidad y ausentismo elevado, sobre todo en los períodos estacionales cuando la producción aumenta por demanda.
– Poca innovación; así, se ve afectada la capacidad creativa del grupo. Baja productividad aun cuando se mantienen o mejoran los aspectos tecnológicos relativos al trabajo diario.
– Actitudes laborales negativas, como la generación de rumores en el circuito comunicacional informal, en detrimento del ánimo del grupo.
Para detectar sistemáticamente estos síntomas y poder categorizar mejor las fortalezas y debilidades de la empresa en relación con el clima laboral es necesaria la implementación organizada de evaluaciones mediante encuestas aplicadas a los trabajadores de toda la organización o de alguna área específica dentro de ella, pero siempre en consideración del conjunto social con el que se trabaja.
En muchos casos, es recomendable realizar entrevistas personales con las “personas clave”, y en otros, llevar a cabo sesiones de talleres-diálogo con grupos de personas representativas de las áreas y diferentes niveles de la empresa, con los cuales se puede complementar la medición y comprender mejor los aspectos que pueden estar generando disfuncionalidad en el desempeño y desarrollo organizacional.
Éste es un proceso indispensable para monitorear el grado de satisfacción del personal, así como los aspectos críticos que pueden ser detonadores de graves problemas organizacionales; observando y potenciando los aspectos positivos que están siendo bien direccionados por la empresa.
* Zohil & Asociados. [email protected]