Por Lucas Croce *
El fin del penúltimo mes del año ha llegado dejando una suba del índice Merval de 6,75%, destacándose entre sus componentes las acciones del Grupo Financiero Galicia (+22,40%), de Edenor (+18,89%), y del Banco Francés (13,56%). Los títulos públicos, en tanto, mostraron un avance de 1,97%, medido en pesos, según el Índice de bonos General elaborado por el Instituto Argentino de Mercado de Capitales (IAMC), mientras que, medido en dólares, la performance fue negativa: -1,95%.
El dólar se apreció contra el peso, en noviembre, 3,2%, y cerró el jueves, último día con actividad financiera de la semana, en $38,02 en su versión mayorista.
La recesión más profunda desde 2008 sigue golpeando a la economía nacional y a los mercados, y si bien algunas variables tienden a estabilizarse, todavía es muy pronto para saber con precisión cuándo y con qué fuerza volveremos a crecer.
Ocurre que muchas preguntas de máxima relevancia para intentar predecir el derrotero económico de los próximos meses todavía no tienen respuesta.
¿Mejorará en 2019 el contexto para los mercados emergentes? ¿O seguirán subiendo las tasas de interés en los Estados Unidos, y continuará el fortalecimiento del dólar contra el resto de las monedas del mundo, profundizando la salida de capitales, con los consiguientes problemas para obtener crédito para países como la Argentina?
¿Llegará a una tregua la guerra comercial entre Estados Unidos y China? ¿A qué costo para el comercio y la economía mundiales?
En nuestro país, ¿hasta dónde se hará sentir en los mercados el impacto del próximo año electoral? ¿Se despejará la incertidumbre en algún momento previo a las elecciones? ¿Se recuperará a tiempo la economía, para sostener las aspiraciones del presidente Macri de ser reelecto? ¿O de la mano de la desilusión generada por la crisis, se abrirán las puertas para el regreso del populismo? ¿Y de ser éste el caso, qué ocurrirá a partir de 2020, cuando un nuevo gobierno tenga que renegociar con el FMI los términos de un nuevo acuerdo, del que dependa el financiamiento de nuestros déficits?
Pero si queremos tener una foto completa del complejo escenario, no podemos dejar de tomar nota de algunos incipientes y alentadores síntomas.
La gestión de las nuevas autoridades del Banco Central está dando los resultados esperados, toda vez que ha logrado (a un costo alto, pero inferior al de la alternativa, que bien podría haber sido una hiperinflación) controlar el tipo de cambio, disminuyendo contundentemente su volatilidad.
Las astronómicas tasas de interés usadas para captar todos los pesos posibles, si bien todavía están en niveles intolerables para muchas empresas, han comenzado a bajar con fuerza, sin que el dólar se haya disparado.
Las proyecciones de inflación de noviembre apuntan a una brusca caída, respecto de la medición de los últimos meses, ya que no alcanzaría tres por ciento.
Finalmente, el ajuste en el gasto, sumado a los beneficios de un tipo de cambio alto y más competitivo, empezarán a mostrar sus efectos macroeconómicos positivos, en forma de menores déficits, tanto fiscal como externo, mejorando los fundamentos, y generando la vuelta al crecimiento en el segundo trimestre de 2019.
En este contexto, muy desafiante por cierto, sugerimos a los inversores hasta tanto haya mayor visibilidad, optar por instrumentos de renta fija, en dólares y de plazos cortos, como las Letes, pudiendo aquellos que necesiten flujo en pesos, aprovechar las tasas reales positivas que hoy ofrecen muchos instrumentos en el mercado bursátil.
* Asesor Financiero de DLC Asesores Financieros.