Por Red Laboral Amia*
Centrándonos en el mundo laboral, el término multitasking describe un hábito muy frecuente entre los trabajadores: realizar las tareas diarias en forma simultánea, es decir hacer varias cosas al mismo tiempo.
El origen de esta palabra proviene de la informática y define la capacidad de una computadora de realizar varias tareas de manera independiente y en moda simultánea. En nuestro mundo globalizado, esta característica se ha extendido y aplicado también a las personas.
Es una costumbre que muchos empleados envíen correos electrónicos, hablen por teléfono, realicen informes, piensen en sus clientes, conversen con compañeros, confeccionen reportes y hasta tomen su almuerzo en el escritorio. Estos hábitos pueden tener el fin de optimizar el tiempo, mejorar la eficacia o incluso por la cantidad de trabajo acumulado.
En la actualidad, muchas empresas consideran una ventaja contratar personal con estas características, tanto por la simultaneidad de tareas que pueden realizar como por los altos niveles de productividad que traen aparejados.
El multitasking puede impactar de manera positiva, pues les permite a los trabajadores adquirir nuevas oportunidades gracias a esta capacidad de hacer múltiples tareas, lograr nuevos desafíos y ejercerlos casi al mismo tiempo.
Sin embargo, de manera paradójica, estas ventajas son relativas, ya que pueden acarrear desventajas a los empleados, quienes -por estar haciendo varias actividades paralelamente- no le otorgan la debida atención a ninguna de ellas o cometen errores frecuentes, elevando los niveles de estrés.
Algunas sugerencias
• Jerarquizar: hacer una lista de todas las tareas a realizar suele ser un buen recurso. Así, se las puede clasificar por orden de prioridad comenzando por cumplir las más importantes. Antes de comenzar una nueva actividad es indispensable haber concluido la anterior. Para optimizar el rendimiento es preferible terminar una labor con calidad y efectividad que realizar múltiples actividades, pero a medio concluir.
• Concentrarse: evitar alejarse de las distracciones, reduciendo el número de éstas. Sí se pueden dedicar espacios breves y pautados para la relajación y la distracción.
• Desconectarse: es importante prestar toda la atención posible a la tarea que se realiza en un momento específico. Estar realizando un informe o asistiendo a una reunión implica dejar los dispositivos electrónicos al margen, revisar las redes sociales en otro momento y mirar luego los e-mails. Por ello no es aconsejable estar constantemente pendiente de los múltiples estímulos.
* Servicio de empleo de Amia