miércoles 25, diciembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

¿Por qué bitcoin no termina de convencer?

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Por Jorge Fabián
Villalba (*)

¿Cómo saber si realmente estamos ante un gran cambio de paradigma a punto tal de lograr que nada cambie?

Las recientes noticias en favor del BTC (bitcoin) por parte de Panamá, así como de Cuba ponen en evidencia la presencia de nuevos aliados estratégicos a la gran cruzada por declarar de manera masiva al BTC como moneda de curso legal.

La euforia del colectivo bitcoiner eleva la temperatura mientras se piden a gritos correcciones de velas que parecen no mover ni una balsa casera.

Hay una gran creencia de que las buenas noticias traen alzas, mientras el presidente de El Salvador seguramente comienza a perder un poco la paciencia (https://www.perfil.com/noticias/bloomberg/bc-fallida-venta-de-bono-bitcoin-dana-mercado-de-deuda-el-salvador.phtml), ya que necesita vender sus bonos apalancados en BTC o rogar que la cotización sea +60k.

Ahora bien, toda esta información, que tranquilamente puede ser parte de un relato dramático sobre la odisea del BTC frente a ganadores y perdedores de apuestas en largo o corto, corren el velo de una realidad que permanece inalterable. 

Esta realidad tiene relación con la dependencia de la gran insignia del mundo descentralizado a la más precaria y devaluada manifestación del mundo centralizado.

Hay algo que no se quiere decir en el mundo DeFi, o que constituye una leyenda urbana, y tiene que ver con la vital y desesperada lucha de reconocimiento que lleva adelante el bitcoin para lograr masificar escenarios geopolíticos de aceptación, aspecto que en definitiva pone en evidencia que se depende cada vez más de una declaración o venia de alguno que otro gobierno de turno. Es decir, la transformación será en la medida en que se quiera que sea, y que se permita ser lo que aceptamos que sea, mas no lo que no nos gusta (desde la política) que eso sea. El BTC molestará más o menos en la medida en que reporte alguno que otro interés a quienes ejercen el poder real.

Casi como un actor que reclama sus aplausos, el BTC lucha por ser aceptado cada vez más, construyendo la confianza a medida que aumenta el consenso.

Salgamos de las finanzas (lo cuantitativo) y vayamos a un campo más cualitativo, para construir el objeto desde una relación sujeto – sujeto:

La comunidad “cree” como se cree en alguno que otro arquitecto del universo, y esa creencia modifica hábitos y esos hábitos imponen, el territorio se impone.

Pero, por otro lado, sigue su curso natural la más precaria dependencia de los activos tradicionales aun en épocas de tormentas inflacionarias que llegan hasta el norte mismo.

Quizás no se termina de ver que es momento de romper ataduras, que la verdadera transformación sucede cuando no se tiene dependencia, cuando es posible sostener un sistema de valores basados en la confianza, la integridad, la trazabilidad, la auditabilidad, sin depender de aquel que justamente ha traicionado por años cada uno de los principios que enarbolan la tecnología blockchain.

Es verdaderamente limitante reducir el potencial de una tecnología a la posible aceptación o no de quienes trabajan en política o hacienda, porque implica reducir la esencia misma del objeto a la perspectiva subjetiva del sujeto que la apropia de manera causal para algún beneficio particular o sectorial.

Blockchain romperá el orden de todo lo dado mientras más se distancie de las finanzas descentralizadas y de aquella batalla geopolítica que bitcoin juega de manera singular y concreta por su exclusiva perdurabilidad.

Una pena que muchos esfuerzos se consuman en mirar alzas o bajas, operaciones de corto o largo plazos; cuando la gran bondad es pensar en promover día a día la tecnología blockchain en la transformación de lo cotidiano.

Quizás la vuelta a la carga por el voto telemático, esta vez con tecnología blockchain; así como el uso de esta tecnología para las licitaciones y concesiones de obra pública, sean los grandes paradigmas de una sociedad cada vez más transparente en ecosistemas de marcada corrupción.

Pensar los concursos de cargos y el financiamiento de partidos políticos, asociaciones civiles, sindicatos, clubes de fútbol y demás entidades con blockchain nos enfrentaría de una vez por todas a la verdadera caja de Pandora.

Es necesario abrir y dejar salir todos los males, tolerar la tormenta, para así poder pensar en una verdadera transformación, no sólo de Latinoamérica sino del mundo; y que, una vez que eso suceda, poco importa si BTC es moneda de curso legal o no, lo que importará es que la moneda que sea que esté en vigencia será fruto de la tecnología blockchain. Ése será el verdadero cambio de paradigma; allí la descentralización como construcción ciudadana de un orden habrá visto la autonomía y simetría que la teoría profesa.


(*) Escribano titular del registro N° 706. Director de la Sala Blockchain e Inteligencia Artificial y de su Revista Indexada, de la Universidad Católica de Córdoba. Experto en tecnología blockchain aplicada

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