En tiempos de pandemia como el presente, el ejercicio del poder de policía cobra una importancia central. Medidas como las cuarentenas, aislamientos sociales varios, protocolos de actuación, permisos de circulación, declaración de actividades esenciales no son sino distintas materializaciones de ese poder.
Los antecedentes de lo que hoy denominamos policía sanitaria podemos hallarlos en Galeno, en la antigua Roma. Según nos dice Henry Sigerist en su obra Hitos en la historia de la salud pública, entre los años 157 y 161 de nuestra era, mientras dicho facultativo se desempeñaba en Pérgamo como médico de una escuela de gladiadores: “Habiéndome persuadido a los veintiocho años de edad de que existe sin duda un arte de la higiene, seguí sus preceptos desde entonces y ya no fui presa de enfermedad alguna, salvo fiebres pasajeras, ocasionalmente”. Si bien no estamos aquí frente a un concepto jurídico, sí claramente se habla de reglas que luego serán transformadas en normas jurídicas por vía del ejercicio del poder de policía.
En ese desarrollo es clave la actuación del médico Johann Peter Frank, nacido en Rodalben, Alemania, el 19 de marzo de 1745, quien cursó sus estudios primero en la Universidad de Heidelberg y luego en Estrasburgo.
Cuando su profesor Franz Joseph von Oberkamp lo instó a escoger una rama del conocimiento médico en la que pudiera destacarse, el joven Frank le respondió: “…Veo que los médicos raramente están en posición de remover aquellas causas de enfermedad que, o bien actúan sobre la masa de gente o bien son independientes de la voluntad de los individuos, sin importar que tan cuidadosos ellos puedan ser. Muchas de estas enfermedades podrían ser eliminadas a través de medidas gubernamentales. ¿Existe alguna ciencia desarrollada sistemáticamente que contenga las reglas de acuerdo a las cuales se podría alcanzar esto?…”. El propio Frank tomó a esa conversación como un esbozo inicial de la idea de la “policía médica”, a la que luego daría forma.
De hecho, el primer manuscrito redactado al respecto, mientras ejercía la medicina en Lorena y en Baden, fue rechazado por varios editores y destruido por el propio autor.
Como nos dice George Rosen en su obra De la policía médica a la medicina social: “El marco del desarrollo de la acción y el pensamiento alemán acerca de las relaciones sociales de la salud se originó en el cameralismo, la variedad alemana del mercantilismo”. Ese término se usa en el sentido de designar “las ideas que surgieron para explicar, justificar y guiar las tendencias centralizadoras y las prácticas en la política administrativa y económica de la monarquía absoluta de los Estados alemanes durante el final del siglo XVII y el XVIII”.
Velt Ludwig von Seckendorff, en su libro Der teutsche fürsten staat, un compendio de leyes civiles y de práctica administrativa del año 1655, habla de que deben adoptarse medidas para cuidar la salud de la gente para que aumente el número de la población, detalla un programa gubernamental para preocuparse por mantener y supervisar a las parteras, la designación de médicos y cirujanos, la protección contra las plagas y otras enfermedades contagiosas, la inspección de los alimentos y del agua, las medidas para la limpieza y drenaje de las ciudades, el mantenimiento de hospitales y la previsión de ayuda a los pobres y huérfanos, entre otras.
Tales ideas son tomadas luego por el jurista austríaco Joseph von Sonnenfels, en su texto sobre organización administrativa y poder de policía Grundsätze der polizey, handlung und finanz, de 1765; texto muy popular en su tiempo, que influiría en las ideas de Frank.
El término policía médica fue empleado por primera vez por Wolfgang Thomas Rau en 1760 en su obra Gedanken von dem nutzen und der nothwendigkeit einer medicinischen policeyordnung in einem staat (Reflexiones sobre la utilidad y necesidad de una ordenanza para la policía médica en un Estado).
El primer tomo de los cinco de la obra de Frank fue publicado en 1779 bajo el título System einer vollstaendigen medicinischen polizey (Un sistema completo para una policía médica). Se trataba del primer tratado sistemático en cuestiones de salud pública e higiene.
Frank se basaba en el cameralismo, que partía de la idea de que la salud de cada ciudadano es requisito para la existencia de un Estado saludable. La fuerza del Estado está cimentada sobre la salud y la fuerza de sus ciudadanos.
Fue una obra que siempre generó polémica y fue objeto de ataque por la incidencia de sus medidas en cuanto a familia, crianza infantil y regulación de la prostitución. Frank proponía reglamentaciones estatales rigurosas en casi todo, mediante una administración médica.
Como expresa Abel Martínez Martín en su artículo “Johann Peter Frank y la policía médica”, la noción de “policía médica” de Frank tenía un carácter autoritario y paternalista, a tono con resultar su autor partidario del despotismo ilustrado. Pero su hincapié en las actividades públicas de control de las enfermedades de la salud abrió el camino a un abordaje científico y sistemático de los problemas sanitarios de las comunidades que luego decantó en el concepto actual de salud pública.