Rítmica, instrumental y muy pegadiza; la cortina del segmento más famoso de Chespirito oculta una historia de controversias y litigios. La apertura de los episodios del programa fue acompañada de una música instrumental de la cual Chespirito no era ni autor ni propietario; no imaginaba entonces que dicha melodía se volvería en casi un himno del programa, ya que la acompañó durante sus primeros seis años (desde 1973 a 1978).
De la mano con Televisa, Chespirito utilizó estas canciones como un repertorio original de su creación tanto para “El Chavo del 8” como para “El Chapulín Colorado”. La serie, a pesar de ser originalmente creada para un público adulto, fue muy popular entre los niños y las familias, estimándose que cada semana más de 350 millones de personas veían sus capítulos frente a la televisión nacional de México. Con esto no es de extrañar que todos conozcan la clásica canción del “Chavo del 8” ya que los programas la reprodujeron incesablemente. La “canción del Chavo” es una versión electrónica de la reconocida Marcha Turca, compuesta por el famoso compositor y pianista alemán Ludwig van Beethoven.
Fue creada en 1811 y tuvo como destino acompañar una obra de teatro estrenada en 1812 junto a otras piezas creadas especialmente para la ocasión. El éxito no acompañó a la pieza teatral, por lo que la puesta en escena y la música que Beethoven compuso para ella quedaron rápidamente olvidadas, Y así hubiesen permanecido, de no haber sido por Jean-Jacques Perrey, un aficionado y apasionado de la música electrónica que revisaba en el “basurero” de la música clásica para recuperar piezas y reinventarlas con su sello.
Perrey incluyó el fragmento de la abandonada Marcha Turca en la canción The elephant never forgets (El Elefante nunca olvida). Ésta es la pieza que incluyó Gómez Bolaños para la presentación de El Chavo. Fue el propio Perry quien, por medio de su Asociación Jean-Jacques Perrey, tomó cartas en el asunto al enterarse que la cortinilla usada por “El Chavo”, era la misma melodía que él había creado para el tema Los elefantes nunca olvidan, tomando como base “a Marcha Turca Op.113 Nº 4 de Beethoven en 1812.
Perrey y su amigo Gershon Kinglsey, co-compositor de la música pidieron una indemnización . La demanda se solucionó un año más tarde, con un acuerdo millonario entre las partes. Se desconoce completamente la cifra que Televisa tuvo que pagar por los derechos de las canciones que había utilizado en “El Chavo del 8”, pero ahora todo el mundo sabe que sus pegajosas canciones fueron creaciones de Ludwing van Beethoven y Jean-Jacques Perrey.
La enseñanza es que las normas protectoras de los derechos de autor están para cumplirse, son la garantía que la sociedad otorga a los artistas de que van a recibir un beneficio por la propiedad intelectual que han creado y de esta forma motivarlos a seguir generando más música que pueda ser disfrutada por todos. En un contexto como el actual, en el que las fuentes de ingreso de los artistas se están viendo amenazadas por muchos factores internos y externos de la industria musical, resulta cada vez más importante entender la importancia de una correcta gestión de los derechos de autor. Por lo tanto, definitivamente, una correcta ponderación y gestión de los derechos de autor son fundamentales para aquellos que crean música . Un éxito puede proporcionar ingresos muy interesantes durante décadas, tanto para su autor como para sus descendientes.
* Agente de la propiedad industrial ** Abogada