sábado 23, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

El valor comercial más preciado

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Por Sergio Castelli * y Paula Heredia ** exclusivo para COMERCIO Y JUSTICIA

Recientemente, diversos medios de comunicación se han hecho eco de la noticia que envuelve inesperadamente al reconocido grupo musical de cuarteto Trulalá, el que, ante el reclamo de un ex empleado del conjunto y en pos de una indemnización ante el fuero del Trabajo, solicitó la subasta de la marca para hacer frente a dicha demanda. La Justicia dio lugar a lo peticionado por aquél, y ello, sin dudas, trajo aparejada la preocupación desesperante de la familia titular de la marca, que ha trabajado en su posicionamiento desde el año 1984 de generación a generación, y lejos está de sus intenciones perderla.

Lo interesante de este caso es el análisis acerca del valor de este bien intangible en las empresas y, por qué no, de la significativa frase “No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos”. El patrimonio de una empresa está compuesto por una serie de derechos y obligaciones, entre los que se distinguen bienes tangibles y bienes intangibles. Todos ellos tienen un valor que hay que tener muy en cuenta, pero ocurre con frecuencia que los bienes incorpóreos no se valoran tanto como los materiales. Sin embargo, parece que esta tendencia se está revirtiendo. Al adentrarnos en propiedad industrial, la marca es un activo intangible clave. Ésta tiene la función primordial de identificar el producto o servicio que se ofrece en el mercado y permite que los consumidores lo reconozcan, lo que es, sin lugar a dudas, un activo intangible para los empresarios, altamente valorado. De aquí que el registro de una marca no es un simple capricho sino que, más bien, es de suma importancia para una firma.

El registro de este tipo de bienes es valioso para el desarrollo y crecimiento de los negocios, cualquiera sea el rubro. Ahora bien, el valor de una marca no es otro que aquel que ha adquirido un producto y/o servicio/s a lo largo de su vida, siendo éste uno de los factores más importantes que necesita una marca a la hora de ser valorada. Ésta crea confianza y genera apego emocional en el cliente; es el signo que nos distingue en nuestro propio mercado de los demás productos o servicios que ofrece la competencia, bien sean de carácter individual o social. Lo cierto es que las compañías, independientemente de la actividad que ofrezcan, trabajan arduamente en lograr que su marca llegue a ser renombrada en el mercado y que formen parte importante de su historia, tal como sucede con el caso de la banda musical expuesta. 

Lo cierto es que la marca se convierte en una conexión porque no sólo cumple la función de generar diferenciación entre productos y servicios de los competidores sino, también, transmite una identidad, promesa de calidad, fiabilidad e incluso tiene un valor emocional; y convierte, desde la propiedad industrial, esos bienes intangibles en algo un poco más tangible.

La circunstancia de la banda musical cordobesa nos lleva a pensar que la verdadera riqueza de una empresa dejará de estar en los activos físicos y se encontrará en las mentes creativas de su gente. Es, en conclusión, el replanteo de una marca como un considerable activo, una de las transformaciones más influyentes en el mundo empresarial actual.

* Agente de la propiedad industrial ** Abogada

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