El presidente Barack Obama dijo el viernes último que modificará las normas de procedimiento de la Agencia Nacional de Seguridad (NSA), que tuvo y tiene a su cargo el espionaje nacional e internacional bajo el fundamento de proteger la seguridad de los Estados Unidos.
Por Matías Altamira * – Exclusivo para Comercio y Justicia
El diario El País, de España, bajo el título “Siete meses de filtraciones” detalla las muy diversas acciones de espionaje, filtraciones, obtención de datos, recopilación de llamadas telefónicas, mensajes de texto, etcétera, así como los convenios con empresas privadas (Apple, Google, Microsoft, Verizon, Skype, etcétera) para que le brinden herramientas para conocer las comunicaciones de sus usuarios, vulnerando su privacidad.
Como es de público conocimiento, son y fueron víctimas de espionaje particulares, presidentes de países, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), las embajadas de países aliados y no tanto radicadas en Estados Unidos; las universidades de Hong Kong y China y la Sociedad de Telecomunicación Financiera Interbancaria Mundial (Swift), entre muchos otros.
Los principios de actuación de la NSA en la vigilancia de las comunicaciones, redactados por el Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera, autorizan a espiar comunicaciones siempre que contengan información sobre inteligencia extranjera, indicios criminales, amenazas o daño inminente contra la vida o la propiedad y cualquier otro tipo de información que pueda ayudar a la vigilancia electrónica de la NSA.
Al leer estos parámetros rápidamente se concluye que son muy amplios, cualquier texto o frase o comunicación perfectamente encuadra en el difuso límite impuesto ya que, por ejemplo, un mensaje en Twitter que diga “si Obama sube más los impuestos, sabrá a dónde puedo llegar yo” perfectamente puede considerarse una amenaza inminente contra la vida del presidente, y así un sinnúmero de comentarios más, aun cuando su materialización sea improbable.
En línea con este comentario, la NSA el 21/8/13 desclasifica tres fallos del Tribunal de Supervisión de Inteligencia Extranjera en los que se declara que por año se interceptaron 56.000 correos electrónicos de manera ilegal, ya que no se relacionaban con investigaciones o amenazas terroristas.
En el informe del diario El País también se publica que las agencias de inteligencia estadounidenses llevaron a cabo 231 ciberataques contra instituciones gubernamentales de Rusia, Irán, China y Corea del Norte a lo largo de 2011.
La difícil tarea que Obama tiene por delante es encontrar el equilibrio entre defender la seguridad nacional sin avasallar la privacidad de cada una de las personas del mundo, que no sólo tienen derecho a elegir quién conoce qué cosa de uno sino también que, por sus roles o funciones que esté cumpliendo (presidente), también afecta la seguridad nacional de otro país.
* Abogado especializado en nuevas tecnologías / [email protected]