Entrevista a Ana Falú, ex coordinadora a nivel regional de Unifem, de Naciones Unidas
Si bien en materia de políticas de equidad de género las mujeres han avanzado en varios frentes, el de la educación y salud sexual y reproductiva sigue siendo una deuda pendiente. Así lo afirma Ana Falú, especialista en derechos de las mujeres e igualdad de género, ex coordinadora de la Agencia Unifem de Naciones Unidas para el Conosur.
Falú fue convocada días atrás por el Consejo para la Planificación Estratégica de la Provincia de Córdoba (Copec) y el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (Pnud) para exponer sobre Políticas de Estado a favor de la equidad de género.
En diálogo con Comercio y Justicia desgranó algunas conclusiones sobre las conquistas de las mujeres en las sociedades argentina y cordobesa.
“En Córdoba hay avances muy significativos, hemos logrado transmitir temas impensados hasta hace muy poquito, que se reflejan no sólo en la participación política de las mujeres en los cuerpos legislativos y en tener una mujer presidente sino también en la cantidad de legislación, como la de empleadas domésticas, del matrimonio igualitario, el derecho al divorcio, la paternidad-maternidad compartida, la patria potestad compartida. Hay una serie de avances que no podemos soslayar, como la aprobación del protocolo facultativo para la eliminación de toda forma de discriminación a las mujeres, una herramienta de avanzada porque permite que terceros o personas individuales puedan denunciar ante el comité de Naciones Unidas”, destacó.
– ¿Y en qué temas hay aún deudas pendientes?
– Si hay un tema caro en la vida de las mujeres es el de la salud sexual y reproductiva. En Córdoba hay datos que refieren a declaraciones del Ministerio de Salud en las que se reconocen internaciones por aborto. Un ejemplo de eso es la declaración que en octubre de 2010 se hizo en la que se dice que en los registros de cuatro hospitales de la ciudad hay 3.283 internaciones por casos de aborto. Esto quiere decir que es un desafío pendiente que demanda una política en el marco de los derechos humanos y de las mujeres, que tiene que ser una política de una continua educación sexual.
– ¿En qué estadío se encuentra la educación sexual en Córdoba?
– También registramos que en la provincia de Córdoba sólo 30% de las escuelas tiene algún tipo de programa de educación sexual, cuando ya deberían tenerla todas las escuelas. Primero, educación sexual continua, consistente, para que todos los jóvenes y adolescentes ya vengan preparados para evitar esas situaciones, así como la importancia de la anticoncepción para no abortar.
No puede haber puesto de salud de nuestra ciudad y de nuestra provincia que no tenga anticonceptivos y que no haga campaña y promueva el anticonceptivo cuando no está el deseo de tener un hijo, porque la vida sexual es salud. Así como el aborto legal para no morir o terminar las mujeres prisioneras.
Estos temas son todavía deudas políticas serias para con las mujeres cordobesas, particularmente para con esas mujeres que están en una situación de mayor vulnerabilidad, por su educación, por su condición socioeconómica, por su no acceso a la información.
Hay que instaurar campañas, políticas activas, recursos, accesibilidad, capacitación a las enfermeras, a las policías, a los funcionarios, a los maestros. Tenemos que tener una capacitación permanente en estos temas para que esa transversalización de la que se habla en las políticas baje de la retórica a la realidad.
¿Y los hombres?
– El ginecólogo Aníbal Faúndes, coordinador del programa “Iniciativa para la prevención del aborto inseguro” de la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO), aseguró ayer que para disminuir los embarazos no deseados y los abortos inseguros es necesaria la educación en sexualidad que involucre a mujeres y a hombres y afirmó que éstos deben jugar un papel de mayor protagonismo en el debate sobre derechos sexuales.
– Los hombres “tienen que construir más con la anticoncepción porque, por ejemplo, en países de América Latina, la vasectomía es casi inexistente, cuando es una operación simplísima y no tiene ningún efecto secundario”, dijo Faúndes.