VInko Fodich es abogado, se especializa en crimen organizado, lavado de dinero y delitos económicos. Su preferencia por el derecho penal lo llevó a postularse en el Ministerio Público chileno, cargo al que renunció la semana pasada para asumir como estrecho asesor de Jorge Nazer, el nuevo jefe de la División de Seguridad Pública del Ministerio de Interior.
Aunque es joven, su trayectoria como fiscal es larga y los casos que le tocó investigar, resonantes. Fue quien condenó a Augusto Pinochet Hiriart, hijo del fallecido ex gobernante, por receptación de especies. Durante la presidencia de Bachelet, allanó la Casa de la Moneda y en busca de pruebas incautó computadoras de la Presidencia. Por ese entonces, investigaba una denuncia por presunto mal uso de los dineros de dicha repartición.
Fodich fue uno de los ideólogos en materia de apoyo a las víctimas de la delincuencia y de ahí la relevancia de su participación en el Ministerio del Interior en el que se desempeñará, en la práctica como un subsecretario de seguridad pública del gobierno de Sebastián Piñera.
Antes de asumir el cargo, Fodich visitó Córdoba y disertó en el Congreso organizado por el Inecip. En ese marco, Comercio y Justicia, dialogó con el jurista chileno.
-¿Cuáles son los objetivos del gobierno de Piñera en materia de seguridad?
– Hay dos objetivos que son fundamentales. Por un lado, combatir fuertemente el narcotráfico y, por otro, reducir la delincuencia, que tiene que ver con disminuir la victimización. Queremos que sea menos gente la víctima del delito de la que es hoy. En Chile, la victimización es de 35 %. Hoy si usted pregunta ¿usted o su núcleo inmediato familiar ha sido objeto de algún delito en los últimos seis meses?, verá que 35 por ciento de la gente responde que sí. En 2000 el índice de la victimización era de 29 por ciento, es decir, que cada año está aumentando este índice un promedio de un punto. El objetivo, entonces, es lograr reducir esa tasa.
-¿Cómo se logra disminuir la victimización, como ustedes lo llaman?
-En cuatro años sin dudas es una tarea muy compleja pero hay que diseñar estrategias a corto, mediano y largo plazo y enfocar en la prevención, represión y reinserción.
-¿En que aspectos están más retrasados?
En los dos extremos, pero el mayor atraso, por lejos, es en el tema de la reinserción y después la prevención. Yo diría que el tema persecutorio funciona relativamente bien.
-Habló del combate del narcotráfico. ¿Cuál es la situación de Chile con respecto a este tema?
– En este tema Chile tiene leyes que fueron sancionadas cinco años atrás. Entonces podemos decir que tenemos una legislación adecuada, penas adecuadas y herramientas investigativas adecuadas. Contamos con lo que se denomina agentes encubiertos, agentes reveladores, tenemos la posibilidad de que un narcotraficante colabore y haga entregas vigiladas, etcétera.
-¿Y esto ha permitido reducir el tráfico de estupefacientes?
– Creemos que sí. Al menos ha aumentado el número de detenidos y la cantidad de droga incautada, por lo que uno puede presumir que es menos la droga que entra a Chile. De hecho, uno de los fenómenos que ha podido percibir la Policía es que el precio de la droga ha subido producto -se entiende- del efecto mercado. Al haber menos droga el precio aumenta.
-¿Tienen un registro de la cantidad de detenidos por traficar drogas?
– Si uno va a la zona norte de Chile, que limita con Bolivia y Perú, lo que se denomina la Primera, Segunda y Tercera región, nos encontramos con que 60 % de la población carcelaria es por temas de drogas.
– ¿Son chilenos?
-Hay chilenos pero también hay mucho bolivianos, peruanos y, en menor medida, colombianos. Hay muchos detenidos denominados burreros, que son estas personas que ingieren ovoides con droga para pasar la frontera.
-Si el objetivo es luchar contra el narcotráfico, ¿con qué herramientas piensan trabajar para ello?
– La estrategia del combate de droga es muy amplio, lo que se debería hacer con este tema está todo escrito, pero en la práctica hay que ser conscientes de que los recursos son limitados y entonces hay que tomar ese plan amplio y focalizarlo en aquello que tenga mayor impacto. A mi entender lo primero que hay que hacer es seguir potenciando el uso de esta ley sancionada hace cinco años, sobre todo en las zonas fronterizas. Después hay que trabajar mucho en la prevención que es un tema complejo, sobre todo en lugares vulnerables. Tenemos un crecimiento del consumo en lugares pobres y allí es muy difícil tratar la cuestión. No se puede recuperar a un adicto si sigue viviendo en el mismo entorno donde el vecino es traficante y el otro es un dealer.
-¿Y la reinserción?
– Hoy en eso no se trabaja, así que cualquier cosa que se haga con esto va a producir efectos positivos. Salvo algunas excepciones en Chile, no hay programas para contener a los detenidos, no hay nada que después permita que, una vez en libertad, puedan reinsertarse a la sociedad.