Después de la Amazonia, el Gran Chaco es la segunda área forestal más importante de Sudamérica. Está en suelo argentino 60% de él y abarca 12 provincias del norte del país, entre ellas Córdoba. Pero el desmonte, la privatización de fuentes de agua y los conflictos territoriales y ambientales están amenazando su riqueza natural y cultural.
En lo que va de 2010, en plena vigencia de la Ley de Bosques, en el Chaco Argentino se deforestaron cerca de 14.500 hectáreas de bosque nativo. Sólo en 23 días desaparecieron más de 3 mil hectáreas de árboles para dar paso al monocultivo. Un dato relevante si consideramos que ésta es la mayor área forestal del país y un recurso vital para los cerca de 7 millones de argentinos que habitan este territorio.
Construir alternativas para un desarrollo equitativo y sustentable es la consigna de este encuentro gratuito y abierto a todo público, que se extenderá hasta el viernes, organizado por la Red Agroforestal Chaco Argentino (Redaf) junto a la Universidad Nacional de Córdoba y la agencia de cooperación alemana Misereor. Asistirán autoridades provinciales y nacionales, destacados investigadores, ONG y representantes de organizaciones campesinas y aborígenes de la región.
Un tema central será revisar los avances y deudas en materia de políticas públicas, que serán abordadas con la presencia de Julián Domínguez, ministro de Agricultura; Guillermo Martini, secretario de Desarrollo Rural y Agricultura Familiar; Daniel Fernández, presidente del Instituto Nacional de Asuntos Indígenas (INAI); y Octavio Pérez Pardo, director de Conservación del Suelo y Lucha contra la Desertificación, de la Secretaría de Ambiente de la Nación.
– En sólo 23 días, entre el 15 de agosto y el 7 de septiembre pasados, se deforestaron más de 30 mil hectáreas de bosque en el Gran Chaco Americano, un equivalente a 2.500 canchas de fútbol diarias.
– El 60% del Gran Chaco Americano está en suelo Argentino y corresponde a 70% del área forestal del país. En este territorio los bosques son esenciales para mantener la fertilidad de los suelos y regular la dinámica de los ríos y humedales que proveen de agua a su población. Sin embargo, en el último tiempo la presión de un modelo económico extractivo ha derivado en la tala indiscriminada de enormes extensiones de bosques, principalmente para dar paso a monocultivos de exportación.
– Las políticas públicas orientadas a controlar esta situación no parecen suficientes. Si bien a fines de 2007 el Congreso argentino promulgó la ley 26331, de Presupuestos Mínimos de Protección Ambiental de los Bosques Nativos, que determinaba una moratoria de desmonte hasta que las provincias realizarán un ordenamiento territorial de sus bosques nativos, lo cierto es que en la mayoría de las provincias de la región no se cumplió ni la moratoria ni el espíritu expresado en la ley.
– En su último informe de monitoreo de esta normativa (de septiembre de 2009), la Red Agroforestal Chaco Argentina ponía el acento en la “subjetividad” de los criterios aplicados por cada provincia en la zonificación de sus bosques, sin una visión de territorio que protegiera, por ejemplo, cuencas hídricas de vital importancia, como la del río Salado o los Bajos Submeridionales.
Existen numerosas experiencias de organización y aprovechamiento sustentable de recursos naturales realizadas por estas comunidades rurales; y esfuerzos de ONG, sectores de gobierno y científicos que buscan revertir los procesos actuales de deterioro en la región chaqueña argentina. Sin embargo, resulta fundamental que cada habitante del Gran Chaco, también su población urbana, sea partícipe de este cambio.