ESCUCHARPor Luciano Crisafulli (*)
El emprendimiento científico-tecnológico y la innovación constituyen una gran oportunidad de crecimiento para Córdoba. Al fomentar el crecimiento de proyectos de alto impacto, se contribuye con la generación de una estructura productiva dinámica, innovadora y colaborativa. Veamos cuáles son las tres principales razones de esta afirmación.
Mayor flexibilidad (dinamismo)
Los emprendimientos innovadores tienen estructuras internas muy flexibles que les permiten reaccionar rápido frente a cambios sociales y de mercado. Este factor es clave en un contexto caracterizado por permanentes modificaciones en la tecnología y en los gustos y preferencias de los usuarios.
Mayor innovación (innovación)
Para sobrevivir, los emprendimientos innovan, agregan valor, buscan resolver nuevos problemas y diferencian en forma permanente sus productos. Ello estimula la innovación y la generación de nuevos mercados.
Mayor vinculación (capital social)
Los emprendedores son muy propensos a producir de manera asociativa, lo que genera un mayor nivel de cohesión social y generación de capital social. Además, las soluciones que desarrollan los emprendedores son fuentes de innovación para la ciudadanía y para otras empresas, lo que mejora la calidad de vida y los niveles de productividad.
¿De qué manera el Estado puede contribuir con el Emprendimiento Innovador?
Desde hace no menos de cinco años, en Córdoba ha habido una suerte de explosión en términos de emprendimientos tecnológicos. Proyectos innovadores que responden a diferentes problemas y verticales han poblado la base del ecosistema emprendedor.
Sin embargo, una parte importante de esos proyectos no están logrando dar el siguiente paso en la escalera del crecimiento. Si bien existe una multiplicidad de factores endógenos y exógenos que lo explican, hay dos aspectos clave sobre los que debe trabajarse con mayor ahínco si pretendemos levantar su nivel, a saber: el management y el financiamiento.
De aquí surgen dos puntas concretas de trabajo, por un lado, contribuir con la dotación de instrumentos sofisticados de gestión en los equipos emprendedores. Y, por el otro, tomando riesgo en conjunto con el sector privado, cofinanciando proyectos (principalmente aquellos con impacto social y ambiental) y acelerando el desarrollo científico-tecnológico.
Los laboratorios de Innovación Social
Finalmente, un concepto muy interesante para implementar a nivel local son los Laboratorios de Innovación Social. Aquí el Estado asume un rol articulador con objetivos de desarrollo, liderando a través de iniciativas concretas de inversión y vinculación entre emprendedores, científicos, inversores, empresarios, referentes del tercer sector y ciudadanos.
Al igual que un catalizador que atrae, conforma, agrupa fuerzas, enfoques y estrategias, esta forma de Estado lideraría la generación de un entorno propicio para que los emprendedores innovadores desarrollen sus actividades y la ciudadanía pueda recoger los beneficios.
(*) Ex secretario Pyme y Desarrollo Emprendedor de la Provincia de Córdoba
