
El 10 de febrero del año 1923, un siglo atrás, fallecía en Múnich el ingeniero mecánico, físico y doctor en ciencias de la Universidad de Wurzburgo, Wilhelm C. Röntgen, quien cosechó distinciones académicas y científicas de todo tipo y su nombre ha quedado inscripto como uno de los más grandes para el desarrollo de la medicina universal, de la cual todos actualmente somos recipiendarios.
El citado profesor, cuando acaso por una circunstancia no azarosa pero tampoco precisa estaba trabajando con un tubo de rayos catódicos, descubrió una extraña radiación que permitía conocer y ver lo que hasta ese momento (8/11/1895) era imposible: mirar dentro del cuerpo de alguien que estaba todavía vivo y que no estaba sometiéndose a una intervención quirúrgica. En la mencionada fecha se recuerda universalmente el Día de la Radiología.
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