domingo 24, noviembre 2024
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Comercio y Justicia 85 años

Características y localización de las nuevas empresas productivas

Por Salvador Treber. Exclusivo para Comercio y Justicia
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 Por Salvador Treber

Si bien las condiciones del mercado no son las más favorables, en el quinquenio 2011/15 se crearon más de 220.206 nuevas empresas en todo el país, encabezadas por las que se incorporaron en la provincia de Buenos Aires

Según los registros oficiales, el número de nuevas empresas, en 61% de los casos fueron generadas por iniciativas personales y se mantienen como tales, al par que 26% ha adoptado una figura legal propia de sociedad personal (17,9%, de responsabilidad limitada) y sólo 13% de las firmas (las más grandes) ha considerado indispensable constituirse como sociedad anónima. Buenos Aires encabeza el distrito en el cual ocurren esas localizaciones de dichas nuevas empresas. En la mayor provincia del país ascendieron a 68.935 (31,04%), aunque dentro de su contexto significan apenas 6,6% respecto a las preexistentes. Le sigue en segundo lugar la Capital Federal, con 46.011 (23,7%), y tercera surge la provincia de Córdoba, con 22.002 (10,3%).
Luego, en cuarto término, se ubica la provincia de Santa Fe, con 19.671 (9,5%), y quinta, Mendoza, que sumó otras 9.610 (8,6%). Por su parte, el resto hasta completar el total general de 222.060 -es decir 55.831- se ha localizado en las otras 19 jurisdicciones locales. Si bien hay casos como la provincia de Chubut, donde las nuevas firmas representan 10,9%, sólo han sumado 3.480 firmas.

Algo parecido se advierte en la provincia de Río Negro, con un incremento del 9,9% en su cantidad, que implica sumar otras 4.126 flamantes empresas. Los datos precedentes permiten advertir y también evaluar las diferencias que median respecto de la realidad de las cinco mayores jurisdicciones locales.
Dentro del conjunto restante de 19 provincias, llama la atención el caso de San Luis, beneficiaria desde hace muchas décadas de un amplio régimen de promoción industrial que, pese a ello, ha sumado en esta oportunidad nada más que 2.289 empresas; con las cuales se incrementa su número total en 8,3% y sigue ubicada en el 16º lugar entre la 24 jurisdicciones. La provincia que le sigue en el escalón 17ª es Santiago del Estero, que ya tenía un número muy semejante de empresas, y en esta instancia sumó 2.224, que representan una proporción incremental muy inferior (4,2%) con relación a las antes instaladas.
Debe insistirse en señalar las enormes diferencias en cuanto a desarrollo y nivel de producción pues las cuatro jurisdicciones cimeras disponen en conjunto de 74,3% del producto geográfico; prácticamente tres cuartos del total nacional, lo cual significa que las 19 restantes evaluadas de igual forma sólo generan el 25,7% restante. De esta forma, sólo la provincia de Buenos Aires -que participa con 38,1% del total general- supera con mucha holgura (48,3%) el sumatorio de las referidas 19 provincias que se suponen menos desarrolladas. El cotejo de Mendoza (5ª) con Entre Ríos (6ª) permite percibir la dimensión del escalón descendente.
Ello es así pues en el territorio de aquélla, durante dicho quinquenio se crearon 74,1% nuevas firmas respecto a las nuevas sumadas a la segunda; lo cual constituye una muy clara diferencia, obviamente generada por haber dispuesto desde mucho tiempo de un muy diverso potencial económico que en esta circunstancia se ratifica rotundamente. Muy probablemente la provincia de Neuquén, que actualmente está ubicada en el 11º lugar, es dentro de dicho colectivo la que presenta mejores perspectivas futuras de crecimiento económico en función de la explotación intensiva del yacimiento de Vaca Muerta.

Mirando al futuro
En ese virtual pronóstico gravita decisivamente que dicho yacimiento es reconocido como el segundo más importante del mundo en gas y cuarto de petróleo entre los identificados como “no tradicionales”; aunque se requiere disponer de una muy importante masa de inversión que han estimado alcanzaría en nuestro caso a no menos de US$50 mil millones a disponer en el término de una década. Los técnicos argentinos han optado por dividir los 40 mil km2 en 33 fracciones que pretenden explotar en sociedad por partes iguales por medio de YPF y otras tantas empresas internacionales especializadas en dichos rubros. La enorme importancia potencial de esta área que -muy probablemente- se movilice cuando cese el período recesivo que transita la economía mundial, obviamente habrá de promover a Neuquén a un lugar relevante en el contexto de las 23 provincias.
En la actualidad, los emprendimientos de importancia que requieren disponer de gran capacidad financiera transitan un compás de espera. Además, se ha acrecentado muy significativamente la franja de desocupados, los que han estimado para fines de marzo pasado representan en los 31 mayores conglomerados urbanos una media de 9,2% respecto de la población económicamente activa, la cual -entre varios efectos negativos- se ha visto obligada a reducir sus respectivos niveles de consumo familiar. Tal situación se agudiza notoriamente en el área del Gran Buenos Aires pues alcanzó su máxima expresión de 10,9%; mientras en el Gran Córdoba hace lo propio con 9,6% de desocupación.

Lo singular de este aspecto es que en el sector privado el nivel de ocupación ha registrado en toda la última década índices muy semejantes a los de desocupación.
Pero a esta franja, que en este momento supera dos millones de integrantes, debe agregarse un enorme colectivo de subocupados, que son los que forzadamente trabajan entre 1 y 35 horas semanales aunque desearían incrementarlas y que constituyen un virtual “ejército” desmovilizado que involucra a 10,7% de dicho colectivo total. A ello debe agregarse que el costo laboral argentino es el más elevado del denominado Cono Sur y no se caracteriza por su índice de productividad.
El Indec advierte que, además, existe 14% de ocupados plenos que aspiran a acceder a otro trabajo de mayor calidad y también mejor remunerado. Si se suman todos los precitados se llega un total de 4,15 millones de personas que, de una u otra forma, tienen problemas que se traducen en insatisfacción con su condición actual y seguramente por ello no se esmeran demasiado. Por otra parte, los costos extrasalariales se han estimado en alrededor de 37,5% adicional; índice éste que induce a ciertos empresarios a tener un importante plantel “en negro” que le permite apropiarse de esa franja de lo que debería ser su costo.

La visión de los potenciales inversores
Informados por medio de los diversos medios de comunicación, los futuros inversores en el ámbito ecuménico no disimulan que, en general, están en actitud expectante; a la espera de que disipen las múltiples dudas que existen respecto de la posible evolución que deparan los próximos años. Dado que se advierte la una notoria caída del consumo y son cada vez más insistentes los reclamos sobre la “necesidad” de actualizar en forma continuada y no periódica la paridad cambiaria vigente, la mayoría de ellos sostiene que la “ola inversora” seguirá postergada mientras la situación de la economía brasileña no dé claros testimonios del comienzo de una firme recuperación debido a la influencia que ejerce en toda el área sudamericana.
Por el momento, sólo han respondido positivamente a ciertas solicitudes de préstamos en moneda extranjera pero este tipo de operaciones tiene un límite que muy probablemente no está muy lejano en vista del elevado monto que han acumulado en sólo 18 meses.

Es que los acreedores no han quedado tranquilos pues, en muy alta proporción, esos fondos han sido utilizados para atender gastos de consumo y no, como unánimemente se sugiere, a inversión productiva. En cuanto a los sectores que más interés despiertan, los más observados son el energético, agroindustriales, producción selectiva de bienes de consumo y ciertas nuevas tecnologías.
Obviamente, el máximo interés está dirigido hacia el importantísimo yacimiento de Vaca Muerta que, como ya se ha dicho, en cuanto a potencial producción de gas no convencional, aparece como la segunda mayor reserva en el mundo, a lo cual se debe sumar la de petróleo también que se ubica en cuarto término en el mismo contexto.
En los últimos tiempos se advierte que han despertado gran interés las denominadas energías renovables (solar, eólica y nuclear) que no solo cubrirían el actual déficit del sector, sino que convertirían a nuestro país en un importante exportador.

Los empresarios objetan lo que ellos califican como el “elevado costo argentino”, con lo que se refieren a la muy inadecuada y deteriorada infraestructura vial, marítima y portuaria que -urge- sean atendidas en forma integral.
A ello incluso se agrega que, en materia de aeropuertos, pese a las recientes obras encaradas, sigue siendo insuficiente; al par que agregan la necesidad de disponer de un tipo de cambio”especial” que coadyuve a afrontar el elevado costo de transporte que genera la distancia entre el yacimiento y los grandes centros poblados y puertos de ultramar.
Otra área de actividad muy preferencial para los empresarios es la agroindustrial. Y sostienen que, con un buen apoyo, Argentina podría volver a ser el “granero del mundo” como otrora; aunque reiteran la advertencia de que debe “licuarse” el desproporcionado costo del transporte a puertos de embarque para lo cual postulan la vigencia de un subsidio especial o, en su defecto, un tipo de cambio entre 25 y 35% superior al corriente. Debe advertirse que en este caso incidiría en el precio interno de los alimentos que constituyen los integrantes básicos de la “canasta familiar”.

También se menciona como prioritario, según la visión empresaria evidentemente parcial, que deben tomarse medidas destinadas a estimular e incrementar sustancialmente el denominado “turismo receptivo”.
Es oportuno recordar que en esta área el balance actual es altamente negativo pues son más los argentinos que viajan al exterior que los turistas que nos visitan (lo doblan) y se arguye al respecto que el costo interno es muy superior al vigente en otros centros turísticos.
A las actividades antes referidas se deben sumar la inquietud que han despertado en dichos empresarios las técnicas de programación, software y nanotecnología en que se han dado importantes avances durante la última década pero, sustancialmente, habría que promover e impulsar las ramas industriales destinadas a atender el consumo diario de las familias que actualmente los empresarios no privilegian.

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