Asistencia y salvamento en el espacio

Por Florencia G. Rusconi (*)

Lugar: Estación Espacial Internacional (ISS, en inglés). Involucrados: Tres astronautas, dos rusos y un estadounidense. Problema: no tienen posibilidad de abandonar la ISS debido a una fuga en su nave Soyuz.

El rescate de personal es una de las prioridades más altas y un imperativo moral, entonces, ¿qué se está haciendo en preparación para esa operación en el espacio?

Rusia y EEUU estudian cómo traer de vuelta a la Tierra a los tres tripulantes mencionados, quienes se han quedado sin nave por la avería sufrida por la Soyuz en la que llegaron a la ISS. Si ocurriere una emergencia que obligue a evacuar la estación, no podrían regresar.

En plena guerra de Ucrania, la ISS -el hogar de los astronautas a 400 kilómetros de la Tierra- es una burbuja para la humanidad donde siguen cooperando fluida y cordialmente estadounidenses y rusos . En estas semanas, la NASA y Roscosmos -la agencia espacial rusa- lo están haciendo con particular intensidad pues están intentando resolver una de las mayores crisis que han sufrido en la ISS desde que comenzó a estar habitada permanentemente en el año 2000.

Actualmente hay en la estación siete tripulantes : tres astronautas estadounidenses (de la NASA), un japonés (de la agencia nipona JAXA) y tres cosmonautas rusos (de Roscosmos). Tres de ellos se han quedado sin una nave espacial segura para volver a la Tierra. No sólo eso, durante una misión en la ISS, la nave espacial es también el salvavidas si ocurre una emergencia que obligue a evacuarla.

El pasado 14 de diciembre, una fuga de un líquido refrigerante en la nave rusa Soyuz MS-22 acoplada a la ISS obligó a abortar el paseo espacial que se disponían a llevar a cabo Sergey Prokopyev y Dmitri Petelin. Estos dos cosmonautas llegaron a la ISS el pasado 21 de septiembre junto al estadounidense Frank Rubio, a bordo de esa misma nave en la que se ha descubierto un orificio de 0,8 mm de diámetro por el que escapa el líquido que sirve para mantener la temperatura adecuada en la cabina durante un viaje espacial.

La NASA mostraba los preparativos en directo para una nueva caminata espacial rutinaria y en las imágenes se pudo ver una ráfaga de partículas similares a copos de nieve que salía de la parte trasera de la Soyuz atracada. En ese momento, los controladores desde Moscú abortaron la misión aunque aseguraron que ningún astronauta a bordo de la ISS estuvo en peligro.

El plan era que regresaran a la Tierra en marzo, así que ése es el plazo del que disponen ambas agencias espaciales para ofrecerles un vehículo.

La investigación abierta, en la que la NASA está ayudando a Roscosmos, no ha descartado que el orificio en la Soyuz fuera originado por el impacto de un meteoro, como se sospechaba, pues el mismo día en que se produjo la fuga fue la jornada de lluvia de meteoros de las Gemínidas.

Los ingenieros creen que el daño podría haber sido causado por un minúsculo fragmento de basura espacial que, por su pequeño tamaño, no habría podido ser rastreado. Otra hipótesis es que la fuga se produjera por un fallo del hardware de la nave.

Los otros cuatro tripulantes que hay ahora en la ISS llegaron a bordo de la nave Crew Dragon de SpaceX. No está claro si el vehículo Soyuz inoperativo podría aguantar un viaje de regreso a la Tierra, pero si ocurriere una emergencia que obligara a evacuar la ISS, los tres astronautas no podrían abandonarla en la Soyuz .

Las opciones

Casi descartada la vuelta de la Soyuz averiada y sin reparar, Roscosmos busca más opciones. La más probable hasta la fecha es enviar otra Soyuz vacía para que recoja a los tres astronautas. Sin embargo, la agencia espacial rusa ya ha confirmado que el rescate se produciría en febrero, tan solo dos semanas antes de la fecha prevista para el regreso.

La Crew Dragon está teóricamente llena: Endeavour regresará a la Tierra a los astronautas de la NASA Nicole Mann y Josh Cassada, al japonés Koichi Wakata y a la cosmonauta de Roscosmos Anna Kikina. Además, normalmente SpaceX solo lanza miembros de la tripulación que han sido equipados con un traje espacial de la compañía hecho a medida, por lo que no se sabe si los astronautas atrapados, ataviados con trajes espaciales rusos tipo Sokol, cumplirán los requisitos para poder usar la nave. De momento, ninguna de las agencias implicadas ha dicho nada al respecto.

Marco jurídico: Acuerdo ARRA de 1968

El 27 de enero del año 1967, tres cosmonautas estadounidenses fallecieron a bordo del Apollo I , cuando se produjo un fuego antes del despegue. El 24 de abril del mismo año, el coronel Vladimir Kamorov murió a bordo de la nave Soyuz I, en el aterrizaje.

Como consecuencia de estos hechos, se propició la voluntad de los Estados participantes en actividades espaciales de llegar a un acuerdo por el que se estableciera una obligación internacional para los países adheridos, consistente en prestar asistencia inmediata a los astronautas que sufran un accidente, devolviéndolos a su Estado de lanzamiento.

Todo lo anterior propició la creación del Acuerdo sobre el salvamento, la devolución de astronautas y la restitución de objetos lanzados al espacio ultraterrestre (ARRA, por sus siglas en inglés), en 1968.

El acuerdo fue el segundo tratado preparado bajo los auspicios de Naciones Unidas (ONU) después de la finalización con éxito de las negociaciones sobre el Tratado del Espacio Exterior de 1967, de carácter más general (Tratado sobre los principios que deben regir las actividades de los Estados en la exploración y utilización del espacio exterior, incluso la Luna y otros cuerpos celestes, TES).

Luego de su adopción en la Asamblea General de las Naciones Unidas, el ARRA se abrió a la firma ya en 1968 debido al marcado interés de Estados Unidos y la entonces Unión Soviética. Cincuenta años después de su adopción, el ARRA contaba con 96 Estados partes, 23 firmas adicionales de Estados y dos organizaciones internacionales (Agencia Espacial Europea y Organización Europea para la Explotación de Satélites Meteorológicos) que habían declarado su aceptación de los derechos y obligaciones designados por el ARRA.

Así, éste es el segundo tratado espacial de la ONU más ampliamente ratificado después del TES de 1967 (107 Estados parte y 23 firmas adicionales hasta 2018).

El convenio de 1968 desarrolla lo estipulado en el art. 5 del Tratado del Espacio Exterior (1967), que dice lo siguiente: “ Los Estados Partes en el Tratado considerarán a todos los astronautas como enviados de la humanidad en el espacio ultraterrestre , y les prestarán toda la ayuda posible en caso de accidente, peligro o aterrizaje forzoso en el territorio de otro Estado Parte o en alta mar. Cuando los astronautas hagan tal aterrizaje serán devueltos con seguridad y sin demora al Estado de registro de su vehículo espacial. Al realizar actividades en el espacio ultraterrestre, así como en los cuerpos celestes, los astronautas de un Estado Parte en el Tratado deberán prestar toda la ayuda posible a los astronautas de los demás Estados Partes en el Tratado”.

Ahora bien, dicho artículo no aporta un concepto jurídico de lo que debemos entender por astronauta, que es un un concepto importante que provoca algunos conflictos; ni qué se considera tripulación ni el concepto de turista espacial.

En lo que respecta a este acuerdo de salvamento de astronautas, solo ha sido utilizado una vez , cuando los astronautas estadounidenses fueron a la estación espacial soviética MIR para rescatar a un astronauta que habitaba en ella y se quedó sin posibilidades de regresar a la Tierra por la disolución de la antigua Unión Soviética, pues ésta no disponía de suficiente capacidad económica para devolverlo a la Tierra. El astronauta fue trasladado a la Estación Espacial Internacional y desde allí se le trajo de vuelta a la Tierra, concretamente a Estados Unidos.

Por el otro lado, los astronautas de un Estado adherido al Tratado del Espacio Exterior se obligan a prestar toda la asistencia necesaria a los astronautas de otro país adherido al acuerdo, así como a informar, cuanto antes les sea posible, al secretario General de las Naciones Unidas cuando descubran en el espacio ultraterrestre, la Luna u otros cuerpos celestes, cualquier fenómeno que pueda suponer un peligro para la vida o la salud de otros astronautas.

Esta exposición de responsabilidades llevó a las distintas naciones a crear y adherirse al Convenio sobre el salvamento de astronautas. Éste no nos aclara qué debemos entender por astronauta o tripulación sino que se limita a las actuaciones a seguir en el caso de accidentes de cualquier objeto espacial que esté tripulado.

El acuerdo se compone de 10 artículos que, en general, señalan bastante bien la forma de actuar ante diversos incidentes espaciales.

¿A quién se debe aplicar la política de rescate en el espacio?

La actual obligación de rescate de personal aplica sólo a las misiones del gobierno del Estado de registro y/o lanzamiento (estadounidense, ruso, de la Unión Europea, de los países que envían astronautas, etcétera) a que utilicen su capacidad para todos los astronautas -civiles, militares, extranjeros, tripulación, ¿viajeros?, ¿turistas espaciales?-.

El acuerdo debió también aclarar hasta qué distancia en el espacio se aplica la obligación de asistencia -la órbita baja de la tierra (OBT); la Luna y Marte son niveles económica y tecnológicamente diferentes de compromiso para el rescate en el espacio-. Se debieron resolver estos temas antes de poner vidas humanas en riesgo. El rescate de personal será tan estratégicamente importante en el espacio como lo es en los conflictos terrestres.

Se debe establecer un protocolo de Rescate de Personal que sea utilizado por empresas de lanzamiento espacial privadas de manera similar al del acuerdo actualmente en uso. Debe también aclarar el material de rescate de personal para delimitar qué normas de rescate se deben utilizar en el espacio, para quién y hasta dónde. Aunque la idea de rescate de personal en el espacio es poco familiar, ahora es el momento de tomar estas medidas -antes de que ocurra un incidente-.

Consideraciones similares prevalecen en relación con las operaciones de rescate en el mar.

El artículo 92 de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Unclos), de 1982, establece que todo Estado exigirá al capitán de un buque que enarbole su pabellón, que preste asistencia a toda persona que se encuentre en el mar en peligro de perderse.

La Unclos no contempla ningún derecho de indemnización por los gastos relacionados con dichas actividades. Del mismo modo, las normas sobre salvamento en el mar sólo se refieren a la indemnización de los gastos derivados del salvamento de bienes pero no del salvamento de personas (Convenio para la unificación de ciertas normas de derecho en materia de asistencia y salvamento en el mar, 1910; Convenio para la unificación de ciertas normas de derecho en materia de asistencia y salvamento en el mar, 1989).

(*) Abogada. Docente jubilada. Cátedra Derecho Internacional Público. Ex docente de la Cátedra de Derecho de la Navegación Marítima, Aeronáutica y Espacial (hoy Derecho del Transporte). Facultad de Derecho, UNC