Por Francisco Perez Luquez *
En un contexto internacional donde la tensión entre Estados Unidos y China por la guerra comercial entre ambos países continúa, los mercados se mantienen expectantes. El presidente Trump hizo el primer movimiento poniendo en vigencia el incremento de tarifas sobre productos de consumo masivo. Entre las reacciones que tomó el gigante asiático, se registró un aumento en su nivel de operaciones comerciales (tanto exportaciones como importaciones) anticipándose a esa decisión.
Adicionalmente la potencia asiática, principal importador de soja del mundo, anunció que comenzará a buscar nuevos mercados para mitigar el impacto de estas medidas, algunas que podrían eventualmente favorecer a nuestro país como la venta de harina de soja implicando un ingreso eventual de unos US$3.800 millones.
A nivel de expectativas en los mercados globales, los impactos de la guerra comercial podrían generar un menor crecimiento económico, por ende menor presión sobre la “Fed” para endurecer la política monetaria. Wall Street se mantiene firme en un rango de precios acotado, mientras que la tasa de bonos de 10 años de EEUU cerró en 2,83%.
Una situación diferente se vive en el entorno local, con el gobierno intentando tomar medidas que en primer lugar apuntan a disminuir la volatilidad en el mercado cambiario. Para ello, el Tesoro colocó deuda por US$2.152 millones mediante las licitaciones de letras del Tesoro (Letes) y del bono de la Nación (bono Dual Boden 2020). Bajo esta estrategia, sumando a la suba de encajes sobre los depósitos de la entidades financieras por parte del BCRA, el gobierno ha podido contener por el momento la presión sobre la divisa, lo cual se tradujo en una apreciación del Peso superior a dos por ciento en la semana transcurrida.
A pesar de ello se percibe un pesimismo generalizado entre los operadores, producto de incertidumbres sobre el plan de acción oficial para los próximos meses, lo cual afecta al mercado de renta fija, que ofrece rendimientos elevados en comparación a otros países de la región, especialmente en las herramientas de mayor duración.
Algo similar ocurre en el mercado accionario, donde el Índice Merval cerró la semana con una baja superior al 4.5%, achicando sustancialmente el volumen operado. Es de esperar que si se mantiene la tenue recuperación que están registrando los mercados emergentes, especialmente Brasil, le daría al mercado doméstico un relativo soporte en el corto plazo.
En conclusión, el contexto sugiere para aquellos inversores conservadores una preferencia hacia alternativas de bajo riesgo, tales como bonos corporativos denominados en moneda extranjera, de corta duración y de buen riesgo crediticio o fondos comunes de inversión de disponibilidades que invierten en activos de corto plazo en dólares.
Para inversores con un perfil superior de riesgo, las tasas en pesos que se obtienen por la inversión en letras del BCRA (Lebac), resultan atractivas, asumiendo que el BCRA podrá manejar exitosamente la renovación de esos instrumentos que tendrá lugar esta semana.
Y con respecto al mercado de renta variable, si bien las valuaciones de las empresas se encuentran a valores atractivos relativos a sus pares latinoamericanos, el sentimiento de los inversores continúa siendo negativo, por lo cual es aconsejable aguardar una reversión en el flujo de fondos hacia esta clase de activos.
* Licenciado, por S&C Inversiones S.A.
Muy claro y buen artículo.