La comisión dependiente de la ONU pronosticó un fuerte incremento del PIB argentino, muy por encima de otras economías importantes de la región, tales como las de Brasil, Chile y México.
A finales de 2010 existía un consenso dentro del micromundo de los economistas y los consultores –avalado también por las estimaciones presupuestarias oficiales, usualmente subestimadas en lo que respecta a crecimiento- que Argentina mantendría el incremento del Producto Interno Bruto (PIB), como viene ocurriendo desde 2003, aunque reduciría su ritmo de aumento. Pero, como sucedió los años anteriores, las estimaciones comenzaron a subir a medida que transcurrió el tiempo, aun pese a la coyuntura electoral, que suele ser poco positiva para la economía local.
Los pronósticos subieron tanto que esta semana la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) elevó de 4,8% a 8,3% -casi el doble- la estimación de crecimiento de la economía nacional en 2011. De esa forma, Argentina se ubicaría al cierre del año entre las de mayor alza de la región –sólo superada por Panamá, para la cual se prevé una suba de 8,5%-, pero bastante por encima de Brasil, Chile, Colombia y Perú, las economías de América Latina más mimadas por el establishment local y el internacional.
El cierre de un buen 2010 llevó a los economistas más consultados por los empresarios al consenso implícito acerca de que Argentina reduciría con fuerza el crecimiento del PIB en 2011. Por ejemplo, el Fondo Monetario Internacional (FMI) –archiconocido por los errores de sus pronósticos- auguró en octubre pasado un alza de 4%, que meses después ubicó en 6%. Algo similar ocurrió con Cepal, que pronosticó primero un alza de 4,8% para corregirse esta semana por un incremento de 8,3%.
En el plano local, hacia octubre de 2010 el economista jefe del Instituto de Estudios sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana (Ieral) de la Fundación Mediterránea, Marcelo Capello, auguraba un crecimiento cercano a 6%, en tanto que otro referente de esa entidad, Gustavo Reyes, señalaba en mayo de este año que cabía esperar una continuidad en el crecimiento del PIB, aunque a menor ritmo.
Por su parte, Gastón Utrera, economista de la consultora MKT, pronosticaba en febrero de este año –en el marco del observatorio de la actividad metalúrgica de Córdoba- un piso de crecimiento de 2,7% y un techo de 7,3%. Por último, en el Instituto de Investigaciones de la Bolsa de Comercio local, el economista Guillermo Acosta arriesgaba en mayo pasado que en 2011 el piso de crecimiento sería de 5,7%, con un techo de 9,6%.
Perspectivas
La previsión difundida por Cepal esta semana es la primera que, en el plano internacional, se ubica en línea con las últimas estimaciones oficiales. Mientras que el organismo dependiente de las Naciones Unidas espera un incremento de 8,3% para 2011, el viceministro de Economía, Roberto Feletti, señaló días atrás que el Gobierno espera una suba de 8,2%, producto de las políticas fiscales y monetarias expansivas. “En el primer trimestre de 2011, Argentina fue el país que más creció en el mundo”, arriesgó el funcionario.
De acuerdo con el análisis de Cepal, este año el crecimiento económico de Argentina sólo será superado en la región por el de Panamá, que tendrá un alza de 8,5%, y será el doble del registrado por Brasil, cuyo PBI crecería 4%. Por su parte, Chile mostraría una suba del 6,3% y otras dos economías mimadas por la ortodoxia local, como Perú y Colombia, tendrían alzas de 7,1% y 5,3% respectivamente.
De confirmarse el pronóstico de Cepal, Argentina mantendría la tasa de crecimiento que muestra desde 2003 –con la excepción de 2009, cuando impactó la crisis internacional-, del orden de 8% a 9%, una cifra nada desdeñable después de casi nueve años de intenso incremento.
El problema llegaría en 2012, y no sólo para Argentina, sino para toda América Latina. El estudio indica que “toda la región -que este año crecería a un nivel de 4,7%- experimentará una desaceleración en su crecimiento para el año que viene que, en el caso de Argentina hará que su economía se incremente 4,5%, a causa de la situación internacional”.
En ese marco, la entidad señala tres factores de advertencia para los países de América Latina y El Caribe: el aumento de la tasa de inflación, la apreciación cambiaria y el deterioro de la cuenta corriente.