ESCUCHARPor Sergio Castelli* y María Constanza Leiva**
En los tiempos que corren, sin dudas la tecnología es el centro de nuestras vidas; gran parte de nuestras actividades diarias incluyen el uso de aparatos tecnológicos, con lo cual -para las empresas que los producen- la protección de la propiedad intelectual que involucra el desarrollo y diseño de estos equipos es muy importante.
Tanto es así que Apple y Samsung, dos de las más grandes compañías tecnológicas, se encuentran enfrentadas en litigios judiciales millonarios desde hace años, por el supuesto plagio de patentes que determinan el funcionamiento y diseño de los dispositivos móviles.
La historia comenzó con una demanda de Apple hacia Samsung, en 2011, en la que se discutía el plagio del diseño de los teléfonos. Un año más tarde, la compañía de la manzana obtuvo un resultado favorable, cuando el juzgado confirmó que Samsung le había copiado el diseño de algunos dispositivos para sacar al mercado 11 modelos, entre ellos el Galaxy S II.
Algunos de los reclamos más contundentes de Apple involucraban el diseño de sus dispositivos, amparados por sus patentes números 087, 305 y 677, donde describen tanto el diseño de la parte trasera del dispositivo móvil, como también su parte frontal y el de los íconos de las aplicaciones ordenadas en cuadrículas, basando la acusación en que, según lo normado por la legislación estadounidense , no se permite el trade dressing que implica diseñar un producto o empaquetarlo de forma muy similar a otro ya existente y reconocido, con la clara intención de que el comprador le resulte fácil caer en la confusión.
La acusación también involucraba el software de los aparatos, según las patentes 163, 381 y 915 de Apple, se protegía la acción tap para hacer zoom en el navegador, el efecto rebote que genera el dispositivo al llegar al final de un listado, y la tecnología de hacer zoom con dos dedos y el scrolling para navegar por la interfaz.
En virtud de ello, Samsung se vio obligada a compensar a Apple con más de 548 millones de dólares en diciembre de 2015 y logró un año después que el Tribunal Supremo de los Estados Unidos le eximiera de pagar 399 millones de dólares adicionales, al considerar que el presunto plagio sólo respondía a una parte muy pequeña de los dispositivos.
El litigio regresó entonces a jurisdicción inferior, donde el tribunal de San José, California, resolvió que Samsung debe abonar nuevamente una suma millonaria a Apple por infringir sus derechos de propiedad intelectual.
El contento de Apple se vislumbró a través de un comunicado de prensa, en el que asegura que el caso va más allá del dinero, dándole mayor relevancia a la innovación y a la creatividad que siempre caracterizó a la empresa: “Creemos profundamente en el valor del diseño y nuestros equipos trabajan incansablemente para crear productos innovadores que deleiten a nuestros clientes”.
* Agente de la propiedad industrial. ** Abogada
