La actual recuperación de la economía mundial sólo será sostenible si se consigue equilibrar la demanda externa con la interna y entre países que registran superávits de cuenta corriente y los que se encuentran en déficit, según el FMI.
El economista jefe del Fondo, Olivier Blanchard, presentó en Estambul las previsiones de su institución que revisó al alza las proyecciones para la economía mundial, siempre que se cumplan tales preceptos.
Para el FMI, habrá una mayor competencia en los mercados externos, en especial por parte de los países centrales que han sufrido en forma más aguda la crisis.
“Para sostener la recuperación, se necesita fortalecer la demanda privada, o sea las inversiones y el consumo privados”, explicó. “Esto constituirá claramente un desafío para las economías desarrolladas”, añadió, en alusión a las principales economías occidentales, duramente golpeadas y que se están recuperando principalmente gracias a un fuerte gasto público que no podrá sostenerse eternamente.
“Por consiguiente, con déficits fiscales menores y una demanda pública débil, algunos países desarrollados, especialmente Estados Unidos, van a depender más de la demanda externa, de sus exportaciones netas”, afirmó el responsable del FMI.
Según él, la consecuencia será que “algunos países emergentes necesitarán hacer lo contrario y pasar de la demanda externa a la interna. Parte del proceso puede hacerse naturalmente, mediante un reajuste de las tasas de interés”, explicó, en referencia a eventuales recortes de tasas que podrían impulsar el consumo interno. “Pero es probable que se necesiten políticas más activas. Por ejemplo, medidas que permitan aumentar la seguridad social, reducir los ahorros y aumentar el consumo en China”, explicó. Las previsiones del Fondo son que China liderará este año y el siguiente el crecimiento mundial, con 8% y 9% respectivamente.