Recrudece la situación problemática de los salones de fiestas de la ciudad de Córdoba y sus alrededores.
Con una baja de hasta 30% en la actividad, una demanda sin respuestas por la reducción de impuestos y la competencia desleal, los dueños de los principales espacios para la realización de eventos decidieron crear una entidad que los nuclee.
La Cámara de Salones de Fiestas Córdoba se conformó en mayo pasado con 16 miembros, que hoy suman 20, a los fines de aunar esfuerzos para resolver problemas comunes.
“Entre las principales causas de esta conformación están los abusos de costos, aranceles y cargas impositivas aplicadas por los entes municipales, Sadaic, CAPIF , etc”, explicó a Comercio y Justicia Roberto Zoppini, presidente de la nueva cámara y dueño del salón Bogart, ubicado en barrio Jardín.
El mayor detonante fue el aumento, a partir del corriente AÑO, de 720% en el impuesto municipal de permiso y habilitación que se aplica por cada fiesta que se confirme.
A tal fin, la cámara plantea que este porcentaje descienda a 50%, y que el impuesto de $2 que se cobra por persona, baje a $1 y se abone en función de la gente que asiste a la fiesta.
Ante estos reclamos, los miembros de la institución no recibieron a la fecha respuesta alguna.
Por otro lado, en Córdoba existen 431 lugares donde se pueden realizar eventos, de los cuales sólo 30 están habilitados y el resto se encuentra en trámite o directamente no existe en los registros.
“Quienes estamos habilitados gastamos hasta $1.200 por fiesta en diversos ítemes como habilitación, seguro de responsabilidad civil, estudio de bomberos, etcétera”, remarcó Zoppini .
“La competencia desleal hace que el precio final en los sitios habilitados difiera hasta en $2.000 de otros que no lo están”, agregó, e instó al nuevo director del departamento de Espectáculos Públicos a clausurar los lugares que estén en falta.
A estos problemas se suma la situación difícil que está atravesando el sector afectado por el marco económico nacional.
“Como nunca en mi vida laboral, se suspenden fiestas por problemas económicos”, se sinceró el empresario.
“Además, prácticamente desaparecieron las reuniones corporativas de fin de año”, añadió.
Según Zoppini, apenas se mantiene una cierta cantidad de cumpleaños de quince, egresados y casamientos.
“La última tendencia es celebrar el casamiento cuando la pareja ya convivió varios años e incluso cuando sus hijos son más grandes y están más sólidos económicamente”, graficó Zoppini.
Respecto a los precios, el sector hace un gran esfuerzo por conservar los del año pasado.
Hoy, una fiesta promedio parte de los $70 por persona, pero en función a las características y la zona, puede ascender hasta $250.