La tradicional empresa de más de 90 años cuenta con un abundante portfolio que atiende las necesidades de cada consumidor. Su gama oscila entre vinos de 12 meses de elaboración, Enzo Bianchi, y hasta grandes cantidades de los más tradicionales, como Don Valentín Lacrado
Bodega Bianchi, la tradicional empresa familiar que ya transita su cuarta generación, produce alrededor de 18 millones de litros entre todas sus gamas, que conforman un portfolio muy transversal que atiende las demandas de todos los segmentos de consumo.
Cuenta con un producto de alta gama como lo es el vino Enzo Bianchi, de gran corte con más de veinte añadas y un precio de $5000; otros de media gama como el Don Valentín, Famiglia Bianchi y Bianchi Varietales, hasta los más clásico y tradicionales vinos, además del Bianchi Borgoña, Chablis y Margaux, que están en el orden de los $120
El abundante portfolio de la bodega responde a la propuesta de valor que busca democratizar el vino, atendiendo al consumidor, a quien lo ponen en el centro de la escena. “Conversamos con los consumidores de los distintos precios y creemos que en cada segmento no hay calidades distintas, ni mayores ni menores, sino que hay trabajos y demandas de distintos estilos de vino”, explicó a Comercio y Justicia, Adrían Cura, gerente de Marketing de Bodegas Bianchi, en el marco del Festival de Doma y Folklore de Jesús María, auspiciado por la bodega mendocina.
Para la producción especializada para cada segmento, la empresa define tres territorios, el territorio del saber, está destinado al consumidor que demanda información, que tiene un consumo exigente, que necesita la ficha técnica, conocer sobre la producción del vino e interactuar con los enólogos. Para este paladar los vinos son los de alta gama como Enzo Bianchi, María Carmen Bianchi, Particular y la Línea Famiglia Bianchi.
Luego definen el territorio del bienestar, donde el consumidor ya no necesita ni demanda información enológica o sobre maridajes y fichas técnicas, sino que simplemente disfruta el consumo del vino desde lo cotidiano. “Con la familia, con los amigos, leyendo un libro”, dijo, y trajo a colación como el sitio por excelencia de bienestar para la familia, al “Festival de Doma y Folklore de Jesús María”, donde participaron con el Don Valentín Lacrado, con su versión clásica de 50 años, y con los nuevos Valentín Lacrado Malbec, Cabernet y torrontés, entre otros de la gama.
Luego se encuentra el territorio de las energías, destinado a un consumidor asiduo de boliches, recitales, actividades varias, que no busca información sobre el vino, sino un acompañamiento en un espacio de recreación. “Si bien es muy cercano al territorio del bienestar, es mucho más competitivo porque tiene la oferta de cervezas, tragos, cócteles, aquí estamos con New Age, los espumantes Bianchi y la estrella Extra brut”, dijo Cura.
Se tratan de ocasiones distintas de consumo, ningún consumidor subestima o descalifica a ninguna de las otras experiencias de consumo, según indicó, al tiempo que aclaró que el cuerpo de producción y enología, se abocan de la misma manera a la elaboración de los distintos productos.
“Desde un Enzo Bianchi, hasta un New Age y Valentín Lacrado, demandan mucho trabajo del equipo de enología, desde 12 meses de barrica para unos y cantidad de botellas y rendimientos con alta concentración de las uvas en vides para otros. Hay una demanda de trabajo de agronomía y enología muy fuertes, un trabajo exhaustivo muy alto”, amplió.
Este trabajo de investigación y acercamiento con cada consumidor es posible gracias a la experiencia y expansión de esta bodega, que cuenta con 300 hectáreas en tres fincas ubicadas en San Rafael, Mendoza (Asti, Las Paredes, Doña Elsa), y otras 140 hectáreas, con 60 en producción, recientemente adquiridas en el Valle de Uco. En la empresa trabajan 250 personas, número que crece en las épocas de la vendimia y que se extiende si se tiene en cuenta la tercerización de productores con los que trabaja de manera anual.
La presencia
Por segundo año consecutivo la marca participó como sponsor del Festival de Doma y Folklore de Jesús María llevado a cabo desde del 10 al 20 de enero, donde fue la bebida principal que se tomó en las mesas de los restaurantes dentro del predio. A su vez, acompañó las ediciones 2018 y 2019 del Circo du Soleil con marcas como Familia Bianchi.
En forma paralela al Festival, Bianchi lleva sus New Age a los boliches de la zona turística, como por ejemplo Khalama en Carlos Paz.
Por otra parte, hace lo propio en la costa atlántica, en Rosario y en Mendoza, así como también durante el año, participa con acciones en el norte del país, Nea y Noa, y en el sur, por caso, con los productos del territorio del saber, ha ingresado a la Patagonia, al evento Mil Millas Autos Clásicos Sport, que se lleva a cabo en el Llao Llano de Bariloche.
“También participamos con una acción de RSE en San Rafael, el día previo a los Reyes Magos, donde acceden 130 mil personas y se realizan espectáculos, se donan juguetes y alimentos, se organizan visitas a hogares de niños y ancianos, se prevé la visita a hogares”, comentó el gerente de Marketing.
Córdoba, entre las primeras
Córdoba es una de las tres provincias más consumidoras de la marca, según Cura, no obstante, aún “cuenta con un potencial enorme de crecimiento”, según dijo.
Aseguró que están trabajando para que el cordobés adopte más vinos y consuma otras categorías de la marca, al tiempo que adelantó que en abril o mayo vendrán con enológos a presentar las añadas de alta gama.