Los libros de textos para la temporada escolar vienen con aumentos de entre 25 y 30%. Los ejemplares de literatura escalonan sus recargos desde noviembre pasado. Librerías cordobesas intentan contener subas.
Las editoriales argentinas han remarcado sus listas de precios con porcentajes mayores, los cuales van desde 25% a 30%, principalmente en la línea de libros de texto para la temporada escolar que arranca en marzo próximo.
Por su parte, las editoriales abocadas a la venta de literatura vienen retocando precios mes a mes en el orden de 10%, desde noviembre pasado a la fecha, según comentó Nelda Abed, confirmando que este tipo de ejemplares ya están 30% más caros.
Lo que depende del dólar
Más allá de estos aumentos, desde el sector admiten que el componente importado de un libro confeccionado en el país no supera 5% del total. Con ello, los incrementos a la vista no estarían sujetos al salto en el sistema cambiario producido semanas atrás, sino a las actualizaciones anuales por suba de costos (insumos, derecho de autor, salarios), que también contemplan la trepada acumulada del dólar.
No obstante, según Abed, otra vez presidente de la Cámara de Librerías, Papelerías y Afines del Centro de la República (Calipacer), las editoriales sí contemplan con anticipación mayores márgenes de los previstos, frente a posibles y futuros ajustes.
“ El libro tiene varios productos que dependen del dólar: el papel se fija en dólares, las tintas y las películas. Todo lo que se refiere al proceso industrial del libro, es decir la impresión, encuadernación, laminación y termosellado, tiene componentes dolarizados”, señala Carlos Gazzera, titular la Editorial Universitaria Villa María- Eduvim. Consultado por Comercio y Justicia, aclaró que “en contrapartida, la cadena de valor artesanal, es decir todo lo que corresponde al preimpreso, no tiene componentes en dólares. Por eso los libros no deberían encarecerse por estos componentes ya que son menores en toda la cadena productiva”.
Por esta razón, desde su perspectiva “el impacto de la devaluación no debería cambiar en un más o menos 5% el costo de producción”.
Las editoriales son las formadoras de precios en toda la cadena de distribución, según explicó Gazzera, con lo cual, si las de mayor penetración incrementan sus valores, el resto debe acomodarse para no quedar fuera de la cadena de comercialización. “En la librería de Eduvim tenemos 90 editoriales proveedoras , de las cuales 35 han actualizado sus precios; incluso las empresas que no son multinacionales también han aplicado recargos de entre 18 y 25% obligando a la industria a modificar precios”, explicó.
Diferentes montos
No todas las editoriales remarcan los precios con la misma vara, lo cual hace que el escenario sea amplio y complejo. “No es lo mismo si es ‘textera’, de literatura, masiva, del interior o de Buenos Aires. Las diferencias son muy amplias”, apuntó Gazzera.
Eso parece dar pie a Abed para asegurar que las firmas cordobesas “intentan proteger el bolsillo” de su cliente. “Al ser más chicas y personalizadas, con menos empleados, menor manejo de estructura, y por tener un trato más directo con el cliente, cuidan su bolsillo no aumentando al mismo nivel. Además, se suma este objetivo común en el que todos nos encolumnamos, de fomentar el libro regional e incorporarlo al hábito de lectura”, comentó la dueña de la librería Infanto Juvenil.
Gazzera concuerda con esta perspectiva. Sostiene que la mayor parte de las editoriales cordobesas no tienen en la librería su principal fuente de ingreso. “Las firmas venden sus servicios editoriales a los mismos autores, por eso no están en librerías. También organizan eventos, ferias independientes o presentaciones que venden los libros que publican. A todos nos influye el costo de la devaluación en los insumos, pero no a todos en la post edición, porque no todos dejan el 45% en el librero y el 15% en un distribuidor, es decir el 60% del Precio de Venta al Público -PVP”, graficó el titular de la editorial universitaria.
Literatura
CON LOS PRECIOS CERCA DE SUS LÍMITESLas editoriales son las formadoras de precios. Desde noviembre a la fecha, las grandes empresas que se dedican mayoritariamente a la venta de literatura vienen incrementando sus precios en 30% anual. “Entiendo que esto debe detenerse, porque el consumidor final no podría pagar más; además, es necesario dar lugar a la venta de temporada vinculada a los textos escolares del próximo inicio de clases”, aseguró Nelda Abed, presidente de Calipacer.
“Espero que se detenga la suba de precios, porque de lo contrario no habrá quien compre un libro del nobel de Literatura Alice Munro a más de $175”, enfatizó la fuente consultada.